Victoria.- (Alfredo Guevara) Por desconocimiento, no tener educación, no conocer métodos anticonceptivos o bien, a quien dirigir sus dudas sobre sexualidad, el municipio de Altamira se convirtió en “foco rojo”, al ocupar la primera posición, en relación al resto de la entidad, en cuanto a embarazo en adolescente
Se trata de una población cuya edad oscila entre los 13 y 15 años de edad, que representa la mayor preocupación para las instancias de Gobierno, toda vez que se encuentra pegada a la edad infantil, que es la que más provoca consecuencias para la mujer y el hombre, que puede afectar el pleno desarrollo, porque no terminan sus estudios y por consecuencia, se les complica encontrar trabajo, señaló Aomori Matsumoto
La encargada del despacho del Instituto de Jóvenes Tamaulipas, admitió que a la fecha no se tiene una estadística sobre el número de jovencitas que han salido embarazadas a esa edad, tomándose en cuenta que la última que se levantó, data del 2015
“La prevención de embarazo en adolescente es una tarea que tenemos programada para el próximo año, es un tema que no atañe solo a lo juvenil, sino que va de la mano de la pobreza, es cierto, según la Secretaría de Salud Altamira es un foco rojo, pero vamos a mantener ese espectro para solucionar ese tema, fomentando la planificación familiar segura” indicó
Al participar en el Taller Intersectorial para la Planeación del Programa de Cooperación entre el Estado de Tamaulipas y el Fondo de Población de Naciones Unidas Aomori Matsumoto, consideró que las mujeres deben tener conciencia de cómo pueden llegar a condicionar un embarazo a una edad en la que no están preparadas, no solo de manera biológica, sino en el desarrollo personal
Convino en la necesidad de implementar factores claves para evitar que se sigan registrando embarazos en adolescentes, entre éstos, el acompañamiento de los padres, sobre todo de aquellas personas que ya se encuentran en esta situación
Admitió que las redes sociales, también tienen su grado de influencia en este tipo de problemática en la adolescencia, sobre todo cuando no se sabe cómo utilizarlas o bien, se genera una desinformación.