En Tamaulipas persiste una violencia política, emanada del grupo y el partido en el poder, es decir Acción Nacional.
Al menos así lo refleja, el embate duro, frontal y directo contra al menos tres alcaldes emanados de Movimiento de Regeneración Nacional.
Las acciones han sido evidentes como notorias en lugares como Matamoros, Nuevo Laredo y la Capital del Estado.
Ha sido víctima de esta violencia el alcalde de Matamoros MARIO LÓPEZ, por supuestas malas actuaciones de los agentes de policía y tránsito en esa población fronteriza, aunque nunca se pudo comprobar nada.
El embate, pudo haber sido contra MARIO LÓPEZ por haber sido el alcalde con más votos en las elecciones pasadas.
La violencia política también se vivió en el Ayuntamiento de Nuevo Laredo a través de la Secretaría de Bienestar Social, al invadir espacios públicos municipales, en aras de arrebatarlos.
Al igual que Matamoros, también en Nuevo Laredo involucraron el tema de Tránsito, con el que se buscó fastidiar a la alcaldesa CARMEN LILIA CANTÚROSAS VILLARREAL.
Lo anterior, sin dejar de lado la persecución política de que fue objeto su hermano CARLOS CANTÚROSAS, por el simple hecho de querer contender por la gubernatura del mismo partido político, ahora en el poder, lo que le orilló exiliarse por espacio de varios años en alguna parte del extranjero para no ser un perseguido político.
Las intenciones perversas se extendieron hacia la Capital del Estado, donde a diario se emprenden ataques contra el presidente municipal EDUARDO GATTÁS BÁEZ, tanto mediáticas como personales, a través del área política del Gobierno, es decir, GERARDO PEÑA FLORES.
La embestida viene desde el periodo de campaña en las elecciones concurrentes de 2021, cuyo tema, fue un supuesto expediente por violencia intrafamiliar, después la firma de un contrato colectivo del sindicato, que representó alrededor de 16 millones de pesos extras para la nueva administración municipal en Victoria.
Pero el agravio va más allá contra el alcalde EDUARDO GATTÁS, plasmado en una descortesía política al no invitarlo como primera autoridad en Victoria a eventos públicos de la ciudad, entre estos el inicio o inauguración de programas de pavimentación y otras obras en Victoria.
El acoso de la Unidad de Inteligencia Financiera y Económica del Estado por la supuesta compra de una camioneta blindada, que no fue adquirida con el erario municipal, la negativa al Fondo de Capitalidad, extorsiones al comercio local a nombre del alcalde, llamadas a deshoras por supuestas encuestas y mensajes de desacreditaciones al presidente municipal, el sabotaje a los servicios públicos, el incendio provocado al relleno sanitario, la represalias a los funcionarios estatales si van a eventos del municipio, la auditoría a Tránsito, la supuesta compra de un departamento en una playa del sur y las últimas auditorías, son tan sólo una de las muestras de la persecución política hacia EDUARDO GATTÁS, todo esto por arrebatar el control político de Victoria. En fin.
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