Fue un delicioso placer poder platicar con quien fue presidente municipal de nuestra ciudad hace cincuenta años, de 1972 a 1974, Don Sergio Martínez Calderoni (SMC), tiempos en que su palabra y un apretón de manos equivalían a un contrato firmado. Todo un personaje lleno de historias de nuestra querida ciudad. Una hemeroteca viviente que no debemos desperdiciar mientras Dios le de vida, salud y lucidez. Pletórico en su existencia a sus ochenta y ocho años de edad y dotado con una gran capacidad de conversación, virtud que en lo personal le agradezco enormemente; pudimos rescatar de su memoria intacta una serie de datos y vivencias que enriquecen la historia de Matamoros.
Sin demérito de mis anteriores entrevistas con ex alcaldes debo mencionar que este es uno de los encuentros que más anhelaba con ánimo garoso por el vínculo afectivo que en el pasado me une a los hijos de mi entrevistado. Mis hermanos y yo fuimos compañeros de primaria de sus hijos Sergio y Armando en el Colegio México, en la siete y Bravo, justo en el tiempo que SMC fue alcalde.
Tuve dos amenos encuentros con este interesante personaje, uno de ellos en el restaurante Garcia’s, que oportunamente cabildeó Raúl García, y en el que estuvieron presentes el aludido personaje SMC, el amable Don Emigdio García, el culto y discreto Don Arturo Garza Uribe, el historiador y cronista Clemente Rendón y mi amigo hermano que nos ilumina con su sapiencia, Ernesto Parga.
Fue una seductora e inolvidable plática cargada de un tropel de anécdotas, las cuales unas se pueden comentar y, perdón apreciado y sesudo lector, otras no, pero todas cargadas de chispa y sazonadas con el toque característico y agradable de los involucrados. SMC no es un personaje que ande buscando los reflectores, pero a fuerza de insistir y en aras de enriquecer la historia de nuestra ciudad con el testimonio directo de uno de los protagonistas principales, no le dejamos mucho espacio para que se negara y al final gustoso aceptó compartir algunas de las muchas vivencias que tuvo cuando fue alcalde de este amado terruño, incluso el fascinante momento cuando fue elegido candidato, amén de sus encuentros con Luis Echeverría y con el entonces gobernador Manuel Ravizé, incluyendo su trato con Agapito González, toda una historia que atrapa la atención de quien gusta de la política.
Debo mencionar que de lo mucho que nos platicó SMC lo hizo con aire plácido y con humor uniforme, pues nos atendió con toda cordura de una forma históricamente razonable que encantaba. Aclaro que deberé distribuir su narrativa en más de una columna; espero atrapar tu atención, no te vas a arrepentir.
Mi primera impresión fue observarlo con los ojos clavados en el inmenso resplandor de Matamoros, pensando en la historia que debe contar para que quede como referencia a las generaciones que vienen en camino. Hijo de Rubén Alberto Martínez Hernández y Lilia Calderoni Cavazos
Sus padres procrearon seis hijos: Rubén, Sergio (nuestro personaje), Lilia, Rolando, Alicia, todos ellos nacidos en Matamoros y el más chico, Jorge, nacido en el Distrito Federal. Cabe señalar que todos los nacidos en nuestra ciudad llegaron al mundo en la calle nueve entre Bravo y Bustamante, justo donde hoy es el estacionamiento del restaurante Luisiana.
Su papá, Don Rubén Martínez fue hijo único de Pedro Martínez; estudió en el Colegio San Juan de Matamoros y fue huérfano a la muy temprana edad de seis meses de nacido, razón por la cual fue criado por su abuela con una educación muy férrea basada en principios de buena conducta.
Su mamá tuvo cuatro hermanos y dos hermanas; y del rutilante apellido Calderoni que le viene por la línea materna, su abuelo Don Jesús Calderoni era hijo de un emigrante italiano, Giuseppe Calderoni Radici, quien se casó con María de los Ángeles Santoscoy, una joven de San Fernando, Tamaulipas. El segundo apellido de su mamá, Cavazos, está conectado con el coronel Praxedis Cavazos.
SMC nació el 21 de septiembre de 1934 y fue presidente municipal de Matamoros a partir de 1972, esto lo hizo en su momento el alcalde más joven con 38 años de edad, hasta que 36 años después, en 2008, Erick Silva le arrebató dicho logro al llegar a la máxima autoridad municipal con 37 de edad.
Estudió en nuestra ciudad hasta la secundaria, posteriormente con toda la intención de aprender inglés continúo en Brownsville en el TSC, y al no llenar sus expectativas se tuvo que ir a San Marcos, Texas a estudiar el equivalente a la preparatoria. Después entró a estudiar contaduría en el Allem Military Academy en Bryan, Texas, pero su vocación era estudiar para hacer negocios en México, así que se fue a concluir su carrera de contador a Monterrey en el ITESM de donde se graduó (Continuará).
El tiempo hablará.