Matamoros.- (Maribel Villarreal) La vida de Thalía de 35 años de edad, cambió totalmente hace un año cuando fue víctima de una explosión por acumulación de gas natural al llegar a su casa en el fraccionamiento Moderno.
Aquel siniestro la dejó con quemaduras de tercer grado en el 55 por ciento de su cuerpo, la parte superior de los dedos se le amputaron.
Tras una larga, dolorosa y carísima atención que ha costado casi dos millones de dólares, la familia busca justicia y es que la empresa distribuidora de gas no ha asumido su responsabilidad.
Su hermano Salvador encabezó hoy una manifestación pidiendo justicia para Thalía que hoy se enfrenta de manera diferentes a la vida.
Después de 15 cirugías, tiene cicatrices en todo su cuerpo, no puede mover sus brazos y no puede cerrar los ojos.
La familia exige mediante instancias legales que la empresa Engie se haga cargo de todos los gastos y otorgue una indemnización.
Salvador asegura que la empresa ha recurrido a amparo para alargar el proceso y que mientras tanto la familia ha tenido que hacer muchas actividades para poder atender su recuperación, de la que aún le faltan 10 cirugías.
Este día, como parte de la manifestación, se colocó El Museo del Dolor, mediante el cual se muestra como ha sido el doloroso proceso de la recuperación.
