El arribo de Beto Granados a la alcaldía de Matamoros marca el relevo generacional de la clase política local. La visión de los jóvenes es otra, por eso será muy interesante ver el desarrollo de su gestión.
De entrada, Beto se abrió al pueblo. Su toma de protesta fue en la histórica Plaza Hidalgo, teniendo como escenario la fachada de la presidencia municipal con la asistencia de mucho pueblo y muchos políticos.
En el discurso de ungimiento, la noche del sábado, dijo estar listo para llevar a Matamoros a la transformación.
“Estoy listo para enfrentar el reto más grande de mi vida, me he preparado, tengo capacidad, tengo el respeto del pueblo y la bendición de Dios para lograrlo”, dijo emocionado.
BG sabe que no está solo, que las estrellas están alineadas y que el efecto transformador del gobernador Américo Villarreal alcanzará muy pronto a Matamoros.
Los aplausos estallaron cuando advirtió que se terminarán los moches, la extorsión y los maltratos de los agentes de Tránsito: “nunca más funcionarios que dañen a la gente de Matamoros”
El joven alcalde arranca con jornadas intensas de recolección de basura, limpieza de áreas verdes, bacheo y reposición de lámparas de alumbrado público. Aseguró que habrá orden y equilibrio en la ciudad.
Recordemos que fue Secretario de Bienestar Social del Ayuntamiento y durante los seis años de su función como diputado local mantuvo presencia permanente en las colonias. Sabe exactamente lo que les duele a los ciudadanos.
El nuevo edil -que inicia funciones en el primer minuto del próximo martes-, reunió en la céntrica explanada, a los alcaldes de Brownsville, Mcallen, San Benito y Río Hondo.
También asistieron directores de diferentes corporativos empresariales. El objetivo es hacer sinergia para traer inversiones y generar más empleos.
De acuerdo a los reportes del Sindicato de Jornaleros y Obreros Industriales, hace cinco años que no viene una nueva maquiladora a la ciudad sino todo lo contrario.
Mario López no asistió a la ceremonia de cambio de poderes. Sabe que se excedió y que en el nuevo contexto político no tiene cabida. A La Borrega solo le resta mantenerse al margen y no correr el riesgo de interferir y mucho menos confrontar.
El próximo 1 de octubre será el renacimiento de Matamoros hacia la transformación, lo dijo Beto Granados y lo ciudadanos esperan que sea a ritmo acelerado por que la ciudad está destrozada.
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