Victoria.- (Alfredo Guevara) La lucha polarizada de fuerzas, en la que no cede los empresarios y los empleados de la industria maquiladora de Matamoros, producto de la anarquía y la falta de información, podría alcanzar a Reynosa como Nuevo Laredo, incluso a los demás municipios fronterizos del país, alertó Jorge Alfredo Lera.
Y es, aun cuando las pérdidas por la paralización de actividades en 45 plantas maquiladoras, en una ciudad que tenía una inercia de crecimiento casi similar a Reynosa, es una mala señal para empresarios que deseaban instalarse o pensaban ampliar sus plantas, aseguró el vicepresidente de la Liga de Economistas Revolucionarios, en el noreste del país.
Consideró que el mayor riesgo no es que paren las ampliaciones pensadas o desistan las que pensaban llegar, sino que se vayan a otros lugares en el país, ocasionando que la planta laboral, el empleo, comercio, servicios y turismo caigan a la mínima expresión, en una crisis que repercutiría al Estado como a la región norte del país, sentando un mal precedente para las políticas del Gobierno Federal.
El economista y catedrático de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) citó que el líder del sindicato de la industria maquiladora Juan Villafuerte fue rebasado, de la Federación de Trabajadores de Tamaulipas Edmundo García Román no ha hecho presencia, como tampoco de la Secretaría del Trabajo y Desarrollo Económico
Lera Mejía explicó que la industria maquiladora de Matamoros es una representación de los 43 municipios fronterizos, de una zona franca mal difundida, en la que si bien el decreto marca que el sueldo mínimo diario es del doble a lo que era antes (88 pesos), no decretaron que va a pasar con aquellos empleados que perciben dos, tres o más salarios mínimos.
Lamentó que trabajadores mal asesorados por una abogada de Ciudad Juárez, se fueron con la idea de que era proporcional a cualquier tipo de salario, es decir, en principio querían pedir un sueldo de cuatro veces lo que ganaban, algo que ningún modelo económico lo soportaría
Dijo que aun cuando los empresarios han ofrecido un incremento del salario en un 20 por ciento y otro aumento en el bono, no se ha logrado un acuerdo que siente las bases y no agrande un conflicto laboral