Los tres días que establece la legislación electoral, para suspender cualquier acto de promoción y destinarlos para la reflexión, el análisis y razonamiento están por llega a su fin. Han sido casi 90 días de un bombardeo en radio, televisión, prensa escrita, plataformas informativas de internet y redes sociales, brutal. Si bien quienes aspiran a un cargo de elección popular deseaban que se acabara el periodo para hacer campaña ¿imaginan como estaría el resto de la sociedad? Pero no hay plazo que no se cumpla y fecha a la que no se llegue.
Cada uno de los candidatos a la presidencia del país, al senado de la república, diputados federales y alcaldes, tuvieron los días para promocionarse, presentar sus propuestas legislativas y proyectos de Gobierno municipal, para en caso de que el voto les favorezca mañana domingo, lo puedan cristalizar.
Bien o mal, habrá que reconocer el trabajo de quienes formaron parte de los equipos de campaña, como de aquellos que desde el primer día, dieron a conocer la agenda diaria, la difusión de actividades realizadas por el candidato en el ejido, en la calle, en los mítines, caminatas, encuentros con la militancia, cuando participaron en debates, entre otras.
También a los “soldados” que acompañaron a los prospectos en cada uno de estos recorridos, a pie o en caballo, sin importarles el qué dirán por apoyar a uno u otro prospecto, a los que soportaron elevadas temperaturas, e incluso, a los que tuvieron que abandonar esta serie de actividades por cuestiones de salud u otros impedimentos. De una u otra forma, a los que dieron cobertura informativa a cada uno de los eventos de candidatos o partidos políticos, en aras de dar a conocer a la opinión pública las declaraciones o puntos de vista de unos y otros.
Atrás deben quedar los dimes y diretes. Las agresiones que hasta ahora solo fueron verbales y afortunadamente, nunca han llegado a las físicas en esta entidad. Las denuncias que interpuso cada área jurídica – política se resolvieron conforme a derecho, en base a lo que establece la legislación electoral.
Algunas todavía permanecen en análisis y eventual resolución. Organismos como el INE-Ietam, cumplieron. Sus empleados todavía tendrán que permanecer en pie durante el desarrollo de la elección y días posteriores, en los que se realicen las sesiones del recuento de la votación. A partir de ahora, todo está en manos de los electores. En ellos está la decisión de salir de sus casas mañana domingo y emitir su voto por quien consideren la mejor opción. Habrá que decir que esta elección no fue la excepción y, así como se cometieron vicios y corruptelas, podemos decir que hasta superaron a las anteriores. Cada elector tendrá su mejor concepto de este proceso. La decisión de elegir, corresponde a poco más de dos millones 600 mil electores.
Son ellos los que definirán triunfos y derrotas. En una contienda se gana y se pierde.
Ojala y candidatos como partidos políticos, den muestra de madurez, reconozcan al ganador y admitan que el voto no les favoreció. De no estar conformes con los resultados, ahí están las instancias jurisdiccionales para presentar las denuncias, de lo que consideren como violación a sus derechos político-electorales, a la legislación electoral y otras disposiciones. El momento de participar, acudiendo a las urnas llegó. Vayamos pues. En fin.
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