La participación en la elección de presidente y secretario general del Comité Ejecutivo Nacional del PAN en Tamaulipas, fue pobre.
Tan escasa que evidencia la peor caída del Partido Acción Nacional, desde el 2016 a la fecha, cuando se pregonaron los frustrados “vientos del cambio”, que solo sirvieron para dos cosas.
La condición en que se encuentra el PAN en Tamaulipas es culpa del que encabezó un proyecto para la gubernatura del Estado, es decir, FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA y su grupo político.
Pero también lo es, de los verdaderos panistas que poco o nada pudieron hacer para frenar la imposición que se hizo, en puestos claves del Partido, el acaparamiento de los cargos de elección popular y en la misma ex administración estatal.
Los únicos que se beneficiaron, fueron los que formaron parte del grupo político de los hermanos CABEZA DE VACA, algunos de ellos, actualmente refugiados en varias partes de los Estados Unidos y posiblemente otros lugares en el extranjero.
Otros permanecen callados, con bajo perfil para no ser sujetos de alguna medida, incrustados en el Poder Judicial del Estado, el Congreso local, en cuadros directivos del PAN y otras dependencias como titulares.
Pese a ello, el Partido tendrá nuevamente otra oportunidad para desligarse de quien simple y sencillamente pisoteó los valores, principios y doctrinas de Acción Nacional.
Son los tiempos precisos para erradicar de la presidencia del CDE a quien le rinde más cuentas a su padrino político que a los militantes y simpatizantes leales del partido.
La salida de LUIS RENÉ CANTÚ GALVÁN debe ser inminente y ojalá, sea un verdadero panista el que se haga cargo del partido en Tamaulipas.
Otros que piensan que un fuero les garantiza estar libres de culpa, tendrán que esperar, pero al final de cuentas, tendrán que pagar por el abuso que cometieron en el ejercicio de sus funciones.
Ojalá y el proceso interno que vendrá para la elección de presidente y secretario general del CDE del PAN en Tamaulipas sea abierto, dirigido a la militancia y simpatizantes y no vuelva a ser una nueva imposición de los CABEZA DE VACA.
Permitir que uno de ellos siga tomando decisiones por encima de la militancia y simpatizantes, es ir rumbo al mismo destino que tomó el Partido de la Revolución Democrática y por el que va el Revolucionario Institucional.
El cambio y la posibilidad de resurgir está en los panistas.
En fin.
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