No soy experto en el tema, pero tengo amigos a quien consultar y todos, tanto del área médica, legal y del mundo de las finanzas públicas, me refieren, llegará el día en que a Gattell, le hagan su auditoría política forense.
Habrá quien festeje sus discordancias estadísticas, que no tengan muertos en casa, amigos que llorar, o hijos que sufrir. Habrá quienes aplauden sus farsas; pero no quienes son familiares de los casi 50 mil muertos por Covid 19.
La verdad y con datos de la Universidad Johns Hopkins, México se “distingue” con el ominoso tercer sitio de muertos por coronavirus en el mundo. Como ven, no es una idea personal, son los números que revela, la que por cierto es, alma mater del subsecretario de salud.
Si se tratara de gallinas, de ratones o canicas, no importaría, pero cuando las políticas públicas acaban con la vida de personas, así fueran 10 que no usaron el cubrebocas porque atendieron el perverso mal ejemplo de Gattel y AMLO, debería tener consecuencias.
AMLO sabe que lo protege la Constitución y se sabe a salvo, con fuero, pero no Hugo López-Gatell Ramírez, cuyo respaldo presidencial no debería ser suficiente en términos de sus responsabilidades administrativas, en caso de que existan demandas, emanadas, insisto, de una auditoría forense.
No obstante, ambos deben saber, que no hay falla cuando se trata de establecer el futuro si nos apegamos a la vieja maldición política sobre que “los carniceros de hoy, serán -júrenlo-, las reses del mañana”. Y por eso, que lo gocen, que nadie es destazado en la víspera.
Estar vivo o muerto, depende de algo tan sencillo como aceptar que el cubrebocas tiene un sentido básico de protección, pero como hemos visto, en este país y en todas las latitudes, cuando la soberbia anida, la estulticia aflora.
De todo lo demás, ya sabemos que en política, mentir es un deporte. Tanto Gattel como Andrés Manuel, han dicho tantas veces que la curva está aplanada y que lo peor ya pasó, que caray, no hay adjetivos.
Y nos podemos ir al plano político, donde cada quien gozará de su posición, ilusiones o compromisos, pues finalmente la vida es primera persona. No obstante, hay demasiadas evidencias de que Gattel se ha convertido en un experto en contradecir las verdades científicas internacionales, y como se dice en mi pueblo adoptivo, hábil en el arte del “tacoqueco”.
Ha mentido tantas veces para agradar al Presidente de México y acceder en el mediano plazo a la titularidad de la Secretaría de Salud, pero todavía tiene que salvar los resultados de esa misma y obligada auditoría.
1.- Le tienen en picota, en al menos 9 estados, miembros de la llamada Alianza Federalista quienes de plano demandaron el cese del subsecretario.
Argumentan que “las cifras no mienten. La economía nacional cayó casi 20 puntos, un nivel jamás visto; hoy seremos el tercer país con más muertes en el mundo, sólo por debajo de Brasil y Estados Unidos, que duplican y triplican la población de México”.
Que “se espera que esta crisis deje por lo menos 10 millones de pobres más en México; además, cada hora están muriendo 27 personas por COVID”.
2.- A diferencia de otros países, los funcionarios no tienen penalidades sobre el mentir reiteradamente. Somos, sin duda un pueblo legalmente bananero y quien lo dude, que se asome al llamado “Caso Lozoya”, el juicio del siglo… por favor…
Leo a los panegiristas de la 4T y desde mi humilde cancha, solo les digo que no olviden que hay quienes si acudimos a un aula universitaria y tenemos bien clara la diferencia entre propaganda, estímulos y verdades jurídicas.
3.- Y donde nos atoramos, preguntamos… total ¿Qué es en el fondo actuar, sino mentir? ¿Y qué es actuar bien, sino mentir convenciendo? Lo decía Sir Laurence Olivier, que en el caso de Gattel, ni eso.
Hay aquí desde mi punto de vista, un error de ubicación. Habría dicho el maestro Martín Delgado. Son buenos muchachos, pero no les han informado que existen redes sociales y que las verdades viajan a la velocidad de un click.
Esa decir, que todo lo que escupen, puede ser contrastado en instantes con las verdades internacionales, las de la OMS, las universidades, las insitituciones especializadas.
4.- Hoy no se puede decir que la tierra es plana, que somos los únicos en el universo. Antes, no se podía volar y hoy lo hacemos con alas prestadas. Tan cierto, que hoy sabemos que la luna no es de queso y que el coronavirus mata.
Nadie, señoras y señores tiene la suficiente fuerza moral como para no tener fuerza de contagio. Nadie, nadie, es Dios… y si, algunos parecen ser diablos educados en una cantina de la calle de San Pablo.
Nostra Política.- Lunes de trabajo con cubrebocas…
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