Señoras y señores Luis XIV de Francia, El Rey Sol ha resucitado en el populismo de muchos países; de sabores, colores, credos y sistemas políticos. Tantos, que como el francés, ejercieron el poder por “designio de Dios en la tierra”.
No hay otra forma de interpretar las palabras del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en su vocación de sentirse y operar bajo el esquema de “ El Estado Soy Yo”.
Ahí quedan sus palabras, en forma de amenaza a la Suprema Corte de Justicia de la Nación a quienes, de plano, acosó:
“¿Pueden más el poder de las empresas? Y que no me vengan de que la ley es la ley, que no me vengan con ese cuento de que la ley es la ley, lo que se va a demostrar si son abogados que defienden el interés público o son abogados patronales y empresariales”.
Más caprichoso imposible y vaya manera de aporrear la Constitución, por mucho que el Artículo 80 constitucional rece que “se deposita el ejercicio del Poder Ejecutivo de la Unión en un solo individuo, que se denominará «Presidente de los Estados Unidos Mexicanos».
La Carta Marga, efectivamente, le envuelve en un manto casi sagrado, pero él No es Dios, No es Emperador, No es Rey, no es Jefe de Hacienda platanera en Tabasco, él solo es, El Presidente.
Y por lo mismo, qué sentido tiene mantenerse medieval y soñar con aquello de que, “el bien del Estado es la Gloria del Rey”, si al final de los tiempos y sin resultados, el populismo de cualquier forma o vestidura, se rompe.
En sentido común, todo por mal servir se acaba y acaba por no servir. En este escenario, altamente probable pregunto. ¿Por qué pretender jugar a ser inmortal, cuando la vida política es
una posición muy relativa.
Un espacio limitado por el tiempo, del que nada te salvará, aun cuando te besen la mano, cual señor dador y quitador de vidas.
Así, AMLO navega en el error, en lo inexorable del tiempo. Apurado en la revisión de reforma a la Ley de la Industria Eléctrica y este domingo, en la parafernalia de la propaganda sobre la Revocación de Mandato, de la que nada puede salir bien para los mexicanos.
Un ejercicio que revienta motores contra las instituciones pro democracia del país, como el Instituto Nacional Electoral y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Una actividad, que sería de verdadera rutina, de no ser por los miles de millones de pesos usados para este cuento bananero, que pudieron ser para la compra de medicamentos para enfermos de males crónico degenerativos como el cáncer o la esclerosis.
Pero ahí lo tienen Ustedes, este domingo el Presidente se burla de la ley y la oposición aun es frágil, muchos de ellos, exhibidos en alta sumisión. Y si ya vimos la potencia del artículo 80, revisen Ustedes, por favor, el Artículo 14.
Mismo que cita con todas sus letras, que a ninguna ley se dará efecto retroactivo en perjuicio de persona alguna. Es decir, que aun en la ficción de que el 40 % votara -de la lista nominal- y que la mayoría lo mandara a su rancho, de nombre muy popular pero verdadero, es decir, a “La Chingada”, finalmente todo será una farsa.
No lo digo yo, está escrita en las páginas de “Sullivan” que tanto recorre, éste y los gobiernos anteriores.
Finalmente y por si estaban con la duda, les comparto que, The Guardian y el organismo Team Populism, hizo un análisis sobre los gobiernos populista de la historia reciente, los de presunta izquierda y los de evidente derecha.
Les doy el link, pero si desean en economía, les comento que la clasificación es directa. https://www.politizados.com/los-lideres-mas-populistas-en-el-mundo/.
“-Muy populistas: Hugo Chávez, Rafael Correa, Nicolás Maduro, Evo Morales y Recep Tayyip Erdogan”.
“-Populistas: Daniel Ortega, Mirek Topolanek, Giuseppe Conte, Alan García, Andrés Manuel López Obrador y Lucio Gutierrez”.
“-Algo populistas: Viktor Orbán, Silvio Berlusconi, Beata Szydlo, Donald Trump, Robert Fico, Ollanta Humala, Boyko Borisov, Mauricio Funes, Salvador Sánchez Cerén, Antonio Saca, Narendra Modi, Jair Bolsonaro, Ivo Sanader, Manuel Zelaya, Einars Repše, Aigars Kalvitis, Ricardo Martinelli, Nicanor Duarte, Vladimir Putin, Theresa May y Juan Orlando Hernández”.
Con una certeza, la mayoría han terminado mal o han llevado a los ciudadanos, que mal gobiernan, a terribles etapas de crisis financiera y estancamiento en temas como bienestar integral, seguridad, educación, ciencia y cultura.
Confío en vivir para contarlo y decir, se los dije amigos, que aun en sus defectos les agradezco, paciencia y saliva.
Nostra Política.- Y para cerrar, como todos sabemos… “ no tiene la culpa el indio si no quien los hacieron mandatarios”. SP.
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