Es una anécdota, por lo cual pido disculpas, porque el relato es en primera persona. – Corría el mes de junio del 2015 y su servidor terminaba un Máster en Asesoramiento de Imagen y Consultoría Política, MAICOP por sus siglas en español, en la Universidad Camilo José Cela de Madrid.
Me “robé” varios días para conocer Ciudad de Ávila porque existe la certeza, de que todos los que tenemos el apellido, somos en genealogía, provenientes de esta maravillosa comunidad autónoma de Castilla y León.
Ya casi de regreso, recibí una llamada al número emergente +34. Era Ricardo Gamundi Rosas de quien no vamos añadir más, que le va bien -más que bien- como Consultor Experto en territorio.
Quería que le acompañara a la famosísima “Universitas Studii Salmanticensi”, Universidad Pontificia de Salamanca, tierra adoptiva de Miguel de Cervantes. Y pues, como que me sonó más que atractivo “Dije YES”; porque estar en esta institución, así sea de visita, es un privilegio.
El objetivo, recoger su título como Máster en el mismo Maicop que ahora radica en la UCJC ( Del Centro Internacional de Gobierno y Marketing Político -CIGMAP- que dirije y bien, Jorge Santiago Barnés).
Atractiva la invitación, porque “El Negro” correría con todos los gastos y yo, conocería esta provincia a la que algún día volveré, simplemente para dar el rol.
El punto es que, recorriendo las calles de Salamanca, de pronto pasamos por una edificio que decía con todas sus letras: Asociación Salmantina de Charros A. C. y pues me como experto en el idioma expañol, exclamé a pulmón tendido… “what a health”…
A ver, explíquenme. ¿Los Charros son de Salamanca, eshhhhpaña? Vaya exhibición a mi falta de cultura, porque la mayoría -padres y abuelos-, hemos vivido merced las películas mexicanas de charros cantores, de mariachis, de Pedro Infante, Jorge Negrete y del llorón de Vicente Fernández.
No es que no supiera que los Charros de Jalisco, vengan del Chinaco Español (gran tequila tamaulioeco por cierto), si no que, lo que menos me imaginé, es pasar por el edificio que festeja la charrería, mucho antes que nosotros.
Los chairos de ayer, de hoy y de siempre, se que no me van a creer, por eso, de cuates les dejo la siguiente nota que hace un maravilloso relato, con el que se pone con mayor cordura y amabilidad, esta realidad que ya les platico, no es cuento.
No les hago más spoiler, pero les añado, que hasta la palabra charro, nada tiene que ver en lo que se refiere al recreado en Jalisco, pues la Real Academia de la Lengua Española cita que ser charro es lo siguiente:
- adj. Aldeano de Salamanca, y especialmente de la región que comprende Alba, Vitigudino, Ciudad Rodrigo y Ledesma. U. t. c. s.
- adj. Perteneciente o relativo a las aldeas de Salamanca o a los charros. Traje charro. Habla charra.
- adj. Dicho de una cosa: Recargada de adornos, abigarrada.
Así que como le ven… mexicanos. ¿Somos, libres o independientes? Por supuesto que no. No se trata de decir algo en negativo, solo que me parece importante que en el sistema educativo, se nos acepte como una nación orgullosamente mestiza, es decir, edificada de nativos americanos y de una nación imperial como España.
Dejemos atrás pues los anacronismos históricos, los cuentos heredados, entreverados entre los gobiernos; el de ahora y por supuesto de los posrevolucionarios, que nos han llenado de humo la cabeza, en aras de una unidad que debemos celebrar, pero no a costa de tantas mentiras sexenales.
Eso sí, debemos de estar orgullosos de que México, La República Mexicana, nuestra nación, les ha mejorado el atuendo y hasta la música. Que de ser mariachi, los del siglo 20 en la era del cine mexicano, fueron transformados con maravillosas trompetas y marimba.
Además de que el vestuario salamantino, fue modificado, estilizado con lentejuelas y “tarugos de plata” igual que las espuelas, obviamente los que tiene recursos económicos, que los fregados, estaban jodidos antes y amolados hoy.
Por cierto, que nadie olvide, por ejemplo, que Don Emilio Azcárraga Vidaurreta, como enorme empresario de la radio, la televisión y el cine de nuestra nación; como buen meztizo, pero de los de arriba, fue una pieza importante para tener el formato de musica, charros y mariachis que muchos veneran como símbolo nacional mexicano.
Y adivinen de dónde era, al menos de nacimiento Don Emilio, el magnate de las telecomuncaciones, nació en Tampico y eso lo hace, muy tamaulipeco, además de mexicano.
Y les comparto otro link: https://opinaelabogadodeldiablo.blogspot.com/2012/09/un-mariachi-sin-trompeta-por-carlos.html
Nostra Política.- “La música es el verdadero lenguaje universal”. Carl Maria von Weber.
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