Quedan 29 días y horas para que celebremos la jornada electoral con la que elegiremos Presidente de México, al Congreso, 9 gubernaturas, muchos espacios locales, presidencias y legisladores estatales.
Y en la reflexión, siempre diremos que la responsabilidad de los ciudadanos radica en el artículo 35 de la Constitución que otorga el derecho y libertad de votar y ser votados.
Así es la democracia y la circunstancia de que tengamos a tanto loco de bajo perfil, pues no hay filtros sicológicos, que de las reglas de estar limpios “del cuerpo” y las finanzas, los candidatos siempre encontran como burlar a la ley y a sus aplicadores.
No etiquetamos a nadie, usted en sus distritos, municipios, entidades pueden hacer la valoración que consideren y darles juicio. Claro está, una vez determinados los puntajes sobre la experiencia y registros académicos vote.
Pero hágalo con todas sus consecuencias. ¿No se acuerdan muchos que cuando votaron por Enrique Peña Nieto, lo hicieron pensando que llegaría por fin “un guapo capaz”?
En elecciones no valen los arrepentimientos, solo el comprender que cuando nos equivocamos la democracia se cura con más democracia. Es decir, esperar a cobrar las facturas en elecciones venideras.
Decía George Bernard Shaw que la democracia era el único proceso que garantiza que no seamos gobernados mejor de lo que nos merecemos. O todo lo contrario.
Por eso analicemos todo. Las encuestas y su propaganda interna, los vacíos, los ofrecimientos que nos hacen todos y apelemos al sentido común, y repitan como mantra mil veces mil. ¿Neta, con este ca… todo va a cambiar?
Personalmente creo en la evolución, no en los decretos y menos en los dogmas, sin embargo, si queremos empujar al país en algún sentido o en otro, hay que entregar la parte de razón y responsabilidad que nos corresponda.
Sin llantos, sin vísceras, pero sobre todo con un fuerte equilibrio de razón y emoción. Ni toda la razón por que ésta es fría, ni toda la emoción porque ésa es una hoguera infinita de micro señales que muchas veces nos llevan al infierno.
Por lo pronto, ahí están por la presidencia Andrés Manuel López Obrador, José Antonio Meade, Ricardo Anaya y Jaime Rodríguez. Y no hay de otra, si usted es de rancho hasta se vale que exprese esa frase que es pregunta: ¿Con estos bueyes hay que arar?
¿El asunto es que vamos a escoger a quién? A un jefe de Estado que no haga estallar a la nación más de lo que estamos y eso depende de todos nosotros. De nadie más, así que descontaminémonos en lo posible de series, novelas y futbol y decidamos quien será nuestro próximo verdugo por 6 años.
Construyamos la nación que nos merezcamos con todos sus riesgos, que si nos sale podrida la nuez, aceptemos que nos equivocamos, soldemos las heridas con mayor conciencia y participación, que actuar como borregos y ser zombi es lo mismo.
Lo mejor de cada casa…
Hablemos ahora de los distritos federales de Tamaulipas donde los partidos estan pasando a segundo plano. Es decir, son los candidatos los que están haciendo la diferencia y tratando de evitar la contaminación nacional.
En algunos sitios de la frontera, donde el 50 % de los votos está en juego, cada quien está haciendo su mejor trabajo. Me llama la atención el noreste en el que Anto Tovar, Benito Sáenz y Copitzy no esconden al PRI.
Lo lucen, no solo en los colores sino en la estructura y propaganda, lo que nos hace pensar en dos vías. Conocen muy bien su territorio y emocionalmente sigue siendo tricolor, o de plano, saben que ganar empieza por su casa.
Y es que si revisan, en lo general, los candidatos del PRI evitan en sentido lógico el usar los colores de su partido. Les preguntamos a varios de su asesores y nos dicen que lo que pasa es que Matamoros, Río Bravo y Reynosa no tienen impacto negativo grave para su marca.
Que una cosa es lo que se dice entre los adversarios y otro tema el apoyo en el territorio. Jesús de la Garza, Juan Diegio Guajardo tienen bonos altos y en el caso de Reynosa el trabajo de Maki Ortiz viene con un desgaste que genera nostalgia de los otrora exitosos gobiernos del PRI. ¿Con cuál versión se queda?
Recordemos que el PRI hasta 2016 era el bastión más importante de este partido, comparado con Coahuila que se queda como el gigante del norte. Habrá quienes por precaución muden a otros colores bajo la misma marca, pero en lo general, el verde, el blanco y el rojo siguen, auque sea “más chiquito” el cuadrito.
OTROSI: ¿Quiénes preparan el asalto de lo que quede del PRI al primer minuto del 2 de julio?
18 pendientes…
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