Este día y mañana son muy especiales para los mexicanos. Celebramos el Día de Todos los Santos y el 2, el Día de los Fieles Difuntos, donde nadie se escapa, creamos a no, seamos religiosos o no, siempre en nuestro entorno nos cobija la nostalgía y el egoísmo.
Por los que ya no están, por los que se fueron, aun antes de la Pandemia por Covid 19 -Coronavirus-, por los que no tienen medicinas para sus enfermedades crónico degenerativas, cáncer, esclerosis, diabetes; por los que ahora mismo están en una cama de hospital, sin ser atendidos como en Dinamarca, oremos.
Se que es imposible, despegarse de la política y de la estadística mortal -en esta nación-, que en México se volvió lugar común y que, si son 250 mil muertos reales por Covid o 600 mil virtuales, para el gobierno es lo mismo, pues ellos mueren con la mejor atención, y los de abajo, de ahora, de antes y de siempre, siemplemente mueren porque en el sucesivo gubernamental “les vale madre”, con el aplauso de los suyos, complices mezquinos, diputados o senadores. No importa.
Por este día, quiero “piratear” a Octavio Paz, para que sabiendo que me gana la emoción, sea el Nobel de Literatura quien nos explique el como somos y el por qué de nuestras miserias.
“Todos Santos, Día de Muertos”:
“El mexicano ama las fiestas y las reuniones públicas. Todo es ocasión para reunirse. Cuaquier pretexto es bueno para interruppir la marcha del tiempo y celebrar con festejos y ceremonias hombres y acontecimientos”.
“Somos un pueblo ritual. Y esta tendencia beneficia a nuestra imaginación tanto como a nuestra sensibilidad, siempre afinadas y despiertas. El arte de la fiesta, envilecido en casi todas partes, se conserva intacto entre nosotros”.
“En pocos lugares del mundo se puede vivir un espectáculo parecido al de las grandes fiestas religiosas de México, con sus colores violentos, agrios, puros y sus danzas, ceremonias, fuegos de artificio, trajes insólitos y la inagotable cascada de sorpresas de los frutos, dulces y objetos que se vende en las plazas”.
Interesante, pero coincido en parte, porque a la vez, pienso y lo pongo en palabras más brillantes: “No hay muerte natural: nada de lo que sucede al hombre es natural puesto que su sola presencia pone en cuestión al mundo. La muerte es un accidente, y aun si los hombres la conocen y la aceptan, es una violencia indebida”.
Lo decía Simone de Beauvoir, pero con o sin humildad, con soberbia, agregaría, la muerte es es una violencia indebida de Dios… pues como dijo el Demonio G. Orwell en su “Rebelión en la granja”: «Todos los animales son iguales, pero algunos son más iguales que otros», aunque en el catecismo nos etiqueten otra cosa.
En fin, que viva la grandeza cultural, pero donde se me atoran los rollos de estos días, es cuando me asomo al territorio de la mediatización. Y pregunto, cómo seríamos, si además de tradiciones y recuerdos tuvieramos espacio y tiempo para la reflexión, sin estupor.
Seguro además, todos los gobiernos matan, asesinan y ya para la historia, quedará la revisión de sus políticas públicas de salud, de seguridad y bienestar, solo que los métodos para sus muertos son siempre objeto de estudio. Por anarquía, por deliberación, o solamente porque se juega a ser Dios cada 6 años.
Fe sí, religión sí, pero sumisión jamás… que “el sufrir merece respeto, el someterse es despreciable”. Víctor Hugo, además diría ese Santo que fue mi padre, Don Margarito. Todos, los ricos, los pobres, los malditos, los malnacitos, los buenos, los santos, los perniciosos, todos si no es que antes, se van a morir de viejos.
Lo decía quien está a la diestra de Papá Toño, de Toñito y todos con quien estaré de fiesta algún día, reclamando este chiste que llaman vida. Mientras Amén…
Lo mejor de cada casa…
Y como el pleito sigue, ya están las apuestas creciendo y vamos a ver para donde se va el 4 % del PRI de Tamaulipas. Hablamos de la marca, que de facto, es evidente que Todos Por Tamaulipas -Truco-, le está comiendo territorio a la parte institucional.
Yo solamente les insisito: Los vacíos se llenan y si se satura de ruido, es por que en el ambiente no hay otra cosa… incluido al zacatecano Luebbert.
Nostra Política.- “La vocación del cristiano es la santidad, en todo momento de la vida. En la primavera de la juventud, en la plenitud del verano de la edad madura, y después también en el otoño y en el invierno de la vejez, y por último, en la hora de la muerte”. Juan Pablo II.
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