PRI: A quién se lo quieren arrebatar…

Como ya lo saben, este fin de semana a los priístas les quedó claro que la elección de su dirigencia será el voto libre y secreto de los afiliados, lo que desató una ola de sospechas cruzadas donde cada quien toma lo que quiere.

Que se la quieren mover a Edgar Melhem, que no quieren que llegue Tomás Gloria o que de plano nuevamente no permiten que ascienda por segunda ocasión la súper marca de Enrique Cárdenas.

El asunto es que Alito estaría cumpliendo su palabra de abrir el proceso para que todos los militantes acudan a las urnas democráticamente, no obstante que hay que estar atentos a las letras chiquitas de la convocatoria, cuando exista.

Revisar, cuál será el papel de Arturo Núñez y Emilio Grimaldo, dos bateadores emergentes que levantaron la mano, dos figuras que tiene todo por crecer y que seguramente, tienen que ser vistos en su justa dimensión.

Contra quienes los descalifican, hay que revisar sus apoyos y como ahora todo cuenta, su valor en votos es altísimo. Los decimos, por lo que ya vimos el proceso nacional y porque además, este juego electoral dependerá de un padrón del que todavía no sabemos el número.

La dirigencia estatal en el proceso interno afirmó que el PRI tenía un padrón de 339 mil militantes. Lo anterior para las elecciones internas del pasado 11 de agosto, cuando se eligió el actual presidente del Comité Ejecutivo Nacional, Alejandro Moreno Cárdenas.

Lo cierto, es que el antecedente y riesgo de manipulación es real. Ya hay “jurisprudencia” derivada en el proceso que impuso como presidente a Sergio Guajardo. De lo demás, dependerá de cada quien, de sus fortalezas, de sus activos personales, de la inteligencia para armar sus cuadros.

Por lo pronto el primer pleito en medios, seguramente será sobre la fiabilidad del padrón. Nada distinto de lo que ya vimos, y por eso, hay que esperar que el CDE actual revele los datos validados por el Insituto Nacional Electoral.

Y del contexto, qué han dicho los postores. Enrique Cárdenas reveló que se reunieron diez ex presidentes del PRI y firmaron “un acuerdo para solicitar que se emita la convocatoria. Ya terminó el proceso -electoral- para el que fue designada (la actual dirigencia) , ya no puede estar”.

Edgar Melhem duda del padrón y por eso hacía el siguiente planteamiento: “Necesitamos un método que esté blindado para no tener intereses ajenos a los priistas que quieran participar o intervenir en el proceso interno”.

Tomás Gloria Requena sostuvo, “voy con una razón fundamental, necesitamos recuperar el terreno perdido, ir con humildad a ver a la militancia y reconocer que nos hemos equivocado, pero que estamos dispuestos a recuperar su confianza”.

Y como estamos en orden de aparición, Arturo Núñez no se ha quedado sin decir su versión. Como insisite, va por el relevo generacional y su idea de rescatar al PRI, indica, es posible si todos los grupos y sus liderazgos asumen la parte que les toca en cada municipio.

Y finalmente Emilio Grimaldo presidente del Instituto Reyes Heroles, se asume preparado y con la experiencia necesaria para encabezar un proyecto de renovación del PRI en Tamaulipas, con nuevas caras, pero comprometidas con lo que hoy requiere el partido.

1.- En sus manos está el futuro del PRI y sobre el tema de si alguien externo le mete mano al proceso, pues de ellos depende que no suceda. Ya vivieron la experiencia en agosto de 2017.

2.- Si se guardan las cosas, si las mantienen fuera de foco, si convierten el proceso en un muro de lamentaciones, desconfianza y desunión, no creo que eso sirva de mucho.

3.- Tampoco creo que sea el caso de seguir la ruta de Ivonne Ortega, pues su estrategia, no fue mala, fue pésima. Agredir a las cabezas de grupo tildándolos de ser una mafia, una élite solo le costó el descobijo, con los resultados que ya conocemos.

Berrinches y auto destierro…

Lo mejor de cada casa…

Y para el cierre, muy clara la versión del secretario de Desarrollo Económico, Carlos García González, quien negó el cierre y éxodo de maquiladoras al vecino estado de Nuevo León, como lo sugiere el gobernador Jaime Rodríguez.

«-Ellos- deberían estar más preocupados por sus problemas, han perdido más de 20 mil empleos en los últimos tres meses. Son tres empresas que, sí perdimos, pero no con Nuevo León, no se han ido más». La que se fue y que fabricaba cintos de seguridad, lo hizo por una fusión de dos empresas internacionales y advirtió:

«Cualquier acto de violencia puede derivar en que pierdan el registro de su sindicato. No se puede predecir cómo van actuar, pero legalmente no es algo que se pueda llevar a cabo».

OTROSI: Relajados mis alka seltzer.

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