En el PAN se toman muy en serio el 2021, ya tienen una evaluación de cada municipio, conocen de antemano que cada elección es diferente, que los escenarios siempre tienen variantes.
En esa reingeniería electoral, plantean un cambio de acciones y acelerar en los municipios donde sea necesario. No es de extrañar que iniciaran en ciudad Victoria, donde abrazaron los quehaceres que otros habían olvidado.
Tienen un panorama de cada ciudad, conocen los complicados y en cuales llevan ventaja, dentro de las medidas que tomarán se incluyen todo tipo de acciones, hasta se contempla una reestructuración del CDE azul.
No es pretexto, pero se presta para parecerlo, pues basta recordar que el actual dirigente LUIS CANTÚ GALVÁN es suplente del diputado presidente, GERARDO PEÑA, quien se enfila como candidato a la alcaldía de Reynosa, por lo que sería llamado a ocupar su lugar.
Es por eso que podría darse una serie de modificaciones en el CDE del PAN, lo que representa una oportunidad para reagruparse y retomar estrategias políticas que le permitan ganar alcaldías y diputaciones.
En estos momentos algunos precandidatos de Morena traen demasiado optimismo, por los resultados de las encuestas en varios municipios, donde ponen al partido en un nivel muy competitivo y en otros hasta como ganadores.
Es decir todavía no tienen el burro y ya lo quieren montar, sin miedo a caer en la nopalera y salir espinados de su aventura.
Basta recordar que en el 2019 en Tamaulipas, sentían, pensaban y soñaban con una victoria total. De acuerdo a sus números ganaría Morena el carro completo, pero fue al revés. Perdieron todo, solamente obtuvieron una diputación en Matamoros, mientras que el PAN se quedó con 21 distritos electorales.
En el 2019, el presidente AMLO se encontraba en la cúspide de su popularidad, hoy se encuentra 20 puntos debajo de aquellas mediciones, por lo que Morena por su soberbia, pleitos internos y la ineptitud de sus funcionarios federales le guiñan al fracaso.
Lo sucedido en Hidalgo y Coahuila no lo veían venir los morenistas, pero el triunfo del PRI fue tan contundente, que nos hizo recordar que esa misma hazaña se dio en el 19 cuando el PAN casi obtiene el carro completo en Tamaulipas.
En Hidalgo y Coahuila gobierna el PRI y supo controlar la elección, tienen una estructura. Cualquiera sabe que un partido sin esqueleto, sin alma aunque tenga el boleto en la mano no sabe ni que autobús abordar.
Morena carece de una estructura y en el caso de Tamaulipas, quienes debieran de organizarlo están más preocupados por hacer negocios a expensas de la administración federal, por lo que las extorsiones se incrementan contra las empresas.
Para muestra basta un botón y es la denuncia expuesta sobre la corrupción en las aduanas que se presentó en la mañanera, donde salió a relucir el nombre del padrino de la corrupción, JOSÉ RAMÓN GÓMEZ LEAL.
Mientras Morena no entienda que las elecciones se ganan con organización y trabajo no llegará a ningún lado. Tamaulipas es gobernado por el PAN y guste o no, tienen una estructura bien armada, compacta y cuya eficacia la demostró en el 2019.
Hasta el momento la política del hambre que aplica la 4T no da resultados. Los efectos son contrarios a los que esperaba el partido del presidente.
Las causas son simples, no se ven los beneficios en la economía, seguridad, empleos y otros aspectos que nos impactan. Las elecciones son las cosechas de los gobiernos y Morena salió espinado en Coahuila e Hidalgo.
Bueno, por hoy es todo.
Adiós y aguas con los patinazos…
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