El sexto lanzamiento del cohete de Space X la tarde del martes fue más que un fracaso para la empresa de Elon Musk. Resulta que no se cumplió la maniobra de regresarlo a su base y peor aún, el propulsor cayó y explotó en aguas mexicanas. 200 toneladas de basura se esparcieron en el Golfo de México.
“Fue una explosión gigante”, denunció el presidente de la Fundación Conibio Global con sede en Tamaulipas, Jesús Elías Ibarra que estuvo presente, muy cerca del lugar del lanzamiento, en el lado mexicano.
Mediante un video compartido en redes sociales, el ambientalista expuso que no se tiene idea del impacto ambiental en la región pero, que la probabilidad de que haya afectado decenas de kilómetros a la redonda, es muy alta.
“Lo malo, es que ni siquiera sabemos que va a suceder y nadie dice nada”, dijo.
El joven, originario de Río Bravo, compartió una carta dirigida a la presidenta Claudia Sheinbaum en la que expone los hechos.
Explicó que la situación es alarmante por el impacto atmosférico, la contaminación marina y el riesgo inminente de una contingencia ambiental en la Playa Bagdad de Matamoros.
¿Porque ha pasado casi desapercibido?
El manejo mediático se ha limitado a establecer qué el aterrizaje del propulsor en el Golfo de México fue una opción que tomó la empresa SpaceX.
Afirman que se trató de una maniobra que permite a los ingenieros recopilar datos que les permitan saber cómo y cuándo podría fallar el Starship y mejorar futuros vuelos.
¿Entonces fue un experimento en el que utilizaron el territorio mexicano?
La Sexta prueba de SpaceX se politizó. El invitado de honor fue el presidente electo de los Estados Unidos. Donald Trump llegó a Brownsville en medio de un gran aparato de seguridad para presenciar el lanzamiento.
En la reciente campaña por la presidencia de los Estados Unidos, Musk dio públicamente su apoyo al republicano y le hizo una donación, -según medios internacionales- de 75 millones de dólares.
El pasado 12 de noviembre, siete días después del triunfo, Trump anunció la designación de Musk como co-director del Departamento de Eficiencia de Gobierno en su próxima administración.
¿Será que el Gobierno de México se atreva a pedir cuentas al influyentísimo Musk?
Hasta ahora el gobierno mexicano ha guardado silencio.
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