De una u otra forma, la población tendrá que irse acostumbrando al transfuguismo político que se ha registrado, se sigue dando y se mantendrá para procesos electorales que están por venir. Y de cierta forma, debería no verse mal, porque lo mismo sucede en otras organizaciones, instituciones, equipos de futbol y demás. Pudiera decirse que donde sólo faltaba, era en los partidos políticos pero la realidad es que no es así. El transfuguismo de actores, de cuadros políticos con experiencia y capacidad, de un partido a otro es una realidad. Desde luego que en el ámbito de los políticos, genera encono, lo califican de traición, falto de ética partidista, sin respeto a la ideología, los principios y doctrina del partido, entre otros conceptos. Sin embargo, es algo normal, como sucede en otras instancias. Y no sólo se presenta, cuando el organismo político al que se pertenece se olvida de sus orígenes. Aunque los argumentos son muchos y válidos, lo cierto es que cuando se toma la decisión de dejar uno para irse a otro, es normal. El fenómeno que se presenta ahora, con la incorporación de personajes como OSCAR ALMARAZ SMER o bien, de YALHEEL ABDALA CARMONA al renunciar a su militancia en el Partido Revolucionario Institucional para ser candidatos a cargos de elección popular por Acción Nacional, aunque pudiera verse mal, el objetivo que se persigue es válido, por el que se deja atrás colores, principios y doctrina, para luchar por otros objetivos, pero sobretodo, en la búsqueda de hacer el bien común, que es lo que al final de cuentas, se busca al hacer política. Para la elección que viene, ese transfuguismo se percibe entre el PRI y el PAN, pero también de otros organismos políticos que han dado la bienvenida a cuadros que en anteriores procesos constitucionales, fueron rivales. Y la observaremos para la elección de gobernador. Lo que no se puede negar y saber reconocer, es que el único Partido que ha sido semillero de cuadros políticos que se forjaron en los tiempos de gloria, ha sido el Revolucionario Institucional, porque de ahí se han ido hacia el PAN, PRD, Verde Ecologista, Movimiento de Regeneración Nacional y otros, aunque no todos con suerte, porque todavía es fecha que están esperando una oportunidad o bien, arrepentidos de haber emigrado. Un ejemplo de transfuguismo pero no político, es el futbol. Hace algunas temporadas, un ícono del América ORIBE PERALTA, abandono el nido para irse a las chivas de Guadalajara, acérrimo rival del equipo amarillo. Se habló y se le acuso de todo. Incluso, lo llegaron a acusar de traidor, de vendido y otros calificativos. Al jugador le sucedió lo que a muchos priistas, es decir, no le ha ido nada bien ahora con su nuevo equipo. Ese transfuguismo se sigue realizando en otros equipos de futbol, en los que van y vienen jugadores que en algún partido, como bien puede ser en una elección anterior, tratándose de cuadros políticos, se dijeron de todo al ser contrarios. Sin embargo, el intercambio se sigue dando y aunque a los aficionados como a los militantes y simpatizantes de un partido político pudieran no estar de acuerdo, al final de cuentas terminan por aceptarlo, conscientes de que ese tipo de incorporaciones, en lo político como en el deporte, es algo que debiera considerarse como normal, producto de los nuevos tiempos y escenarios políticos que se viven. En fin.
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