El martes 14 de octubre de 1952, en los últimos días del presidente Miguel Alemán Valdés, era ya presidente electo Adolfo Ruiz Cortines, gobernaba Tamaulipas Horacio Terán Zozaya y era presidente municipal de Matamoros Juan B. García; ese día sesionaron los miembros del Patronato que se encargaría del manejo y administración de lo que sería el Parque “Ing. Eduardo Chávez”, el cual fue construido por la Junta Federal, la dependencia gubernamental que se encargaba de las obras de ese tipo.
Dicha reunión fue con el propósito de estudiar y aprobar el proyecto de reglamentación de las cuotas y requisitos que deberían llenar las personas que fueran a hacer uso de las instalaciones del deportivo, el cual sería inaugurado el siguiente mes de noviembre sin tener aún la fecha definida del día, pues se contemplaba la remota posibilidad que el presidente Miguel Alemán, en los últimos días de su mandato, tras ser presa de una fiebre por inaugurar las últimas obras, viniera él mismo a cortar el listón inaugural.
En el tenor de la posible venida del presidente de la República el domingo 2 de noviembre de 1952, último mes de su mandato, la prensa local un tanto acelerada, proyectó a ocho columnas la siguiente nota: “El día 10 arribará el presidente Alemán”. Algunos matamorenses de la época dijeron que parecía que quien se aceleró fue el entonces alcalde Juan B. García, pues jugando al teléfono descompuesto, había dicho que el entonces gobernador Horacio Terán le había dicho, que a su vez Miguel Alemán había dicho que vendría a Matamoros.
Hoy sabemos que el entonces alcalde no estaba en su mejor momento político y por esa razón estaba urgido de dar buenas noticias a la comunidad, aunque no estuvieran confirmadas. El alcalde estaba a escasos meses de ser depuesto. Pero esa no es la historia que nos ocupa; perdón por esta digresión, esto sucede siempre que se cuenta cualquier tipo de historia.
Después de publicada esa nota y conocida por Gobernación fue inmediatamente desmentida desde Los Pinos, el presidente solo llegaría hasta Reynosa; el día 4 del mismo mes, también a ocho columnas, el mismo rotativo que había dado la noticia tuvo que desmentir con palabras que tuvieron sabor amargo para muchos: “El Lic. Alemán no vendrá a esta Cd.” Quedaba en suspenso la fecha de la inauguración del deportivo y quién sería la personalidad que vendría. Toda la logística de los diferentes niveles de gobierno de nuestra ciudad se concentró en asistir a Reynosa el 11 de noviembre, en donde el presidente inauguraría el canal Anzalduas.
Tras la fugaz presencia del presidente Alemán Valdés en la frontera, parece que el secretario general de Gobierno, Lic. Manuel Lerma Betancourt, que también fungía como gobernador interino, solicitó permiso para resolver el escollo y como en la ciudad de México estaban más metidos en el cercano arribo de Ruiz Cortines el 1º de diciembre a la presidencia de la República, le dijeron: “Haz como bien te parezca”.
El gobernador interino determinó que el Deportivo en cuestión sería inaugurado el domingo 30 de noviembre, último día del mandato de Miguel Alemán, por lo que, con el Profesor Patrocinio Huerta, director general de Educación, le tocó cortar el listón inaugural. Los funcionarios estatales llegaron la noche del sábado y se les ofreció una cena en el “Café Matamoros”, a la que asistió toda la clase política de aquella época.
Ya en la fiesta de inauguración de la Alberca Chávez, el Lic. Lerma Betancourt dijo que venía en representación del presidente Alemán y del gobernador Horacio Terán, quien había pedido licencia. Fue un día muy frío. La cita inicial fue a las 4:30 PM, para la apertura de los edificios de la Secundaria “Juan José de la Garza” y de la primaria “Adalberto J. Argüelles”.
A las 6:00 PM de ese frío domingo llegaron a las instalaciones del deportivo, se develó la placa y se tomó protesta a los miembros del Patronato, que serían los administradores. Inmediatamente después el Señor Mariano B. Marín, presidente de la Junta Federal, hizo entrega de la obra.
Querido y dilecto lector, ese día, el conocido deportista Enrique Guerra hacía desde una altura de 10 metros una serie de clavados y el señor Manuel Ávila se lanzó a la alberca olímpica de 50 metros, y dicen que nado 20 vueltas; ellos fueron los primeros bañistas de este histórico deportivo tan emblemático para todos los residentes de Matamoros, muchas generaciones hemos pasado por ahí, sin olvidar al equipo de natación los Tiburones, del profesor Mercado.
Feliz septuagésimo aniversario del Deportivo “Eduardo Chávez”. 70 años son un buen comienzo.
El tiempo hablará.