La imagen de un grupo de locos viajando en barco hacia la tierra de los tontos. Sebastian Brant.
En los comicios electorales del 2018, para la presidencia de la República el PAN obtuvo 434,366 votos, el PRI 207,241 y Morena-PT- 721,333.
A nivel nacional AMLO ganó con 30 millones 110 mil 327 votos de una lista nominal de 89 millones 250 mil 974 potenciales electores de los cuales votaron el 63.42%, equivalente a 56 millones 601 mil 874 electores efectivos.
Para la elección de la senaduría tamaulipeca el PAN obtuvo 605,168 votos y Morena-PT-Nueva Alianza 610,306. Si bajo estos números consideramos los 721,049 votos que hicieron ganar al gobernador Cabeza de Vaca, el desencanto por ejercer el poder en dos años, más la ola lopezobradorista se tradujo en 115,881 votos menos con el hermano senador, esto lo bajó de nivel para obtener el puesto como primera minoría.
Los porcentajes son muy relevantes. En aquella elección para senador del 2018 la alianza PAN-PRD y MC logró el 37.3% y la alianza de Morena-PT y Nueva Alianza fue de 37.6%, una nada de diferencia. Con el devenir del tiempo en el 2018 para las elecciones a diputados locales en Tamaulipas, sin el tema del desafuero de Cabeza de Vaca flotando en el ambiente, el PAN logró ganar la mayoría de la sexagésima cuarta legislatura (64ª) del Congreso del Estado con una votación muy baja, por un total de 425,287 votos (48.36%) contra 259,642 (29.52%).
Casi tres años después, el 6 de junio del 2021, la lucha encarnizada por las preferencias de la mayoría en el Estado entre el PAN y Morena sigue vigente con respecto a lo sucedido en el 2018. La diferencia a favor de Morena fueron décimas porcentuales en las elecciones para senador, hoy con el tema del desafuero, ese indicador se ha movido tres puntos a favor de la 4T en Tamaulipas, quedándose el PAN con los mismos 37.77% del 2018 y Morena con el 40.85% de las preferencias.
Hoy Morena tiene cuatro Municipios que no tenía: Nuevo Laredo, Reynosa, Río Bravo y Victoria, los cuales se suman a Matamoros y Madero, que le permite una alta capacidad operativa y presagiar un horizonte con mayor ventaja porcentual en lo electoral. Pero quienes operan el PAN en el estado no están ni tullidos ni mancos y son un costal de estrategias inesperadas. Dígalo sino el hecho de haberle arrebatado por la vía extra electoral dos curules de dos personajes que el psicólogo asesor del Truco supo perfilarlas correctamente y mostrar a su jefe los complejos y carencias existenciales que permitían pronosticar poca lealtad al movimiento y una alta factibilidad de compra. Juegan como el América de Carlos Reynoso de los 80s, al límite del reglamento y pudiéramos suponer que hasta fuera del mismo.
César Verástegui se placea con todas las características de un posible candidato. Eso lo descalifica para serlo. No creo que el Truco desconozca la normatividad de la Ley Electoral del Estado de Tamaulipas (LEET) que a la letra dice lo siguiente:
A los precandidatos y precandidatas a candidaturas a cargos de elección popular que participen en los procesos de selección interna convocados por cada partido político les está prohibido, entre otras cosas:
II. Realizar actos de precampaña electoral antes de la expedición de la constancia de registro correspondiente por el órgano autorizado del partido político. La violación a esta disposición se sancionará con la negativa de registro como precandidato o precandidata.
Y para que no quede duda el artículo 239 de la citada LEET nos ilustra con lo siguiente: Se entiende por actos de campaña electoral, las reuniones públicas, asambleas, marchas y, en general, aquellos en que los candidatos y candidatas, dirigentes y militantes de los partidos políticos o coaliciones se dirigen al electorado para promover sus candidaturas con el objeto de obtener el voto ciudadano.
En el mismo tenor el Artículo 255 de la LEET nos menciona particularmente lo relativo a quienes quieran, como el Truco, ser gobernadores y nos dice que las campañas electorales se realizarán bajo las siguientes reglas: I. Para la Gubernatura del Estado, iniciará con posterioridad a la aprobación del registro y deberán concluir tres días antes de la jornada electoral, con un duración de 60 días. Ni antes, ni después.
Querido y dilecto lector, la verdad os hará libres. ¿Qué pretende el Truco con este cascabel? Quizá el mismo psicólogo asesor le ha sugerido que el promedio de inteligencia de los posibles candidatos de Morena no conocen la LEET y le aconseja azuzarlos para que hagan lo mismo y de esa forma lograr descalificarlos y luego entonces sí, sacar a la luz pública al verdadero candidato del PAN.
El tiempo hablará.