Yo bailé duro sobre estas ásperas maderas, hasta sacarme sangre de las plantas de los pies, hasta alcanzar las cumbres de la locura. El Diario de Vaslav Nijinsky.
Si de grandes bailarines de ballet queremos abordar el tema, podemos aludir al gran Vaslav Nijinski, nacido en Ucrania el 12 de marzo de 1889 y a quien la muerte encontró el 8 de abril de 1950 en la británica ciudad de Londres. Bailarín y coreógrafo ruso de origen polaco, supo hacerse un hueco en el panorama artístico. Hombre de pasiones desbordadas que descansaba en la danza todo el cataclismo y hervor de su temperamento.
Mi querido y dilecto lector, hablar de baile entre ciudadanos comunes como lo somos tu y yo, supone para nosotros diferentes tipos de ritmos cautivadores, formas exóticas y movimientos apasionados. Si nos asomamos a la historia podemos constatar que muchas personas han logrado destacarse a través de la historia como expertos bailarines, ya que debido a sus inagotables esfuerzos, a la obstinada dedicación y sobre todo el amor al arte que se convierte en su vocación, que trayendo a colación su raíz etimológica puede traer luz a nuestro entendimiento; del latín “vocationis” que significa llamado. Un llamado místico que no entienden muchos pero que marca rumbos y propone trayectos de vida a futuro con destinos inimaginables pero siempre retadores.
Tuve la oportunidad de asistir a la conferencia de prensa de la Gala Internacional de Ballet de Heroica Matamoros, (GIBHM), un evento en ciernes de lo que es para muchos jóvenes, de esta línea fronteriza que conforman Matamoros y Brownsville, la oportunidad de convivir con grandes bailarines de ballet indiscutiblemente consagrados a nivel internacional como lo son estas dos grandes personalidades del ballet de origen cubano, Jonhal Fernández y Eduardo Blanco entre muchos otros.
Es prácticamente imposible no caer seducido al escuchar la pasión con la que el coreógrafo Eduardo Blanco se expresa de esta fascinante disciplina que es el ballet y en su retórica proyecta unas maneras diferentes de pensar la danza y sus códigos coreográficos, sin pasar por alto que viene a regalar algo de su pericia creativa a las nuevas generaciones con una dosis muy agradable de frescura, virtuosismo y teatralidad accesible a la mayoría de los públicos que quizá no conozcamos detalles pero que gustamos de adornar nuestra existencia con estas pinceladas de cultura que transforman el espíritu y lo engrandecen y que vienen justo aquí a nuestra ciudad.
No hay otra forma de adjetivar al cubano Jonhal Fernández que no sea como un genio del ballet, con su humildad y la manera de relacionarse con los estudiantes, quien es actualmente primer bailarín del Ballet de Monterrey y quien ha escogido nuestra ciudad para estimular y motivar a quienes podemos llamar con precisión los nuevos valores que anhelan y sueñan escalar hasta donde su pasión por la danza les permita y que por los rostros que me tocó ver podemos afirmar sin temor a equivocarnos que el cielo es el límite. Dice Jonhal que para muchos consagrados del ballet, lo que viene a hacer a Matamoros es una bobada, convivir y participar en una gala con principiantes. Pero nada le arrebata su entusiasmo por marcar positivamente la vida de las nuevas generaciones. Diría justamente el escritor Honorato de Balzac, los ilumina con su sapiencia.
Pude ver el rostro de tres jovencitas bailarinas que transpiraban una emoción que les marcaba su semblante y su vida, al poder compartir el próximo sábado 4 de agosto a las 7:00 PM en el Teatro de la Reforma la GIBHM con bailarines de lujo que invitan a los aprendices a marcar una diferencia desde el corazón y que entregan a estos capullos del ballet su visión propia del giro así como sus conocimientos técnicos, estilísticos e interpretativos a jóvenes matamorenses con hambre y sed de triunfo.
Este magnífico y magnánimo esfuerzo por traer estas personalidades del ballet a nuestra ciudad no sería posible sin la activa participación del Dr. Fabian Trejo Arrona, quien prácticamente se ha quitado hasta la camiseta para abonar con estas actividades una semilla que rinda frutos invaluables a futuro para nuestra comunidad en esa parte de la vida que nos pule el alma y nos adorna la vida y que se llama Cultura.
Todo esto ha permitido que estudiantes de Matamoros puedan ingresar a la célebre Escuela de Ballet de Monterrey, ubicada en la colonia Obispado y que antes ostentaba el nombre de la tristemente célebre Carmen Romano. No perdamos de vista que para ir a clases de baile en los conservatorios superiores de danza, más vale tener una sólida cultura del baile. Se puntúa tanto la práctica como la teoría de los estudiantes de las escuelas de baile: para brillar en sociedad, es aconsejable haber leído ciertos manuales especializados en baile y todo esto es precisamente lo que vienen a aportar estos grandes bailarines. Nos vemos el sábado a las 7:00 PM en el Teatro Reforma de Matamoros.
El tiempo hablará.