Manuel Muñoz Cano.

Estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros. Groucho Marx

En 1991, a sus 20 años de edad, tuvo su primera participación en una campaña política promoviendo las siglas del PRI y sus ideales, era la de su padre para candidato a diputado federal por el VII Distrito Electoral Federal de Tamaulipas en la LV (55) Legislatura, en 2010 fue coordinador general de la de Rodolfo Torre Cantú, en 2016 fue coordinador en Matamoros en la campaña de Baltazar Hinojosa.

Con toda esta biografía y con el paso del tiempo, el 4 de marzo del 2020, puso fin a su militancia priista por considerar que dicho partido estaba cada vez más lejos de encontrarse con los fines ciudadanos y porque a su juicio se estaban concentrando únicamente en ocupar puestos públicos para grupos selectos, sin un debido escrutinio popular, según dijo en su carta renuncia.

Ha vivido varios dramas en su vida, la desaparición de su padre, Manuel Muñoz Rocha, en 1994, circunstancia que no escapa a la ubicua teoría de la conspiración perversa, pues en algunas ocasiones se corrió el rumor de haberlo visto, después de esa fecha, en diversos lados de la geografía tamaulipeca y texana, afirmaciones que nunca fueron comprobadas. En 2010, vivió también los sentimientos encontrados del drama y la alegría de un trasplante de riñón y el lamentable y artero crimen de Rodolfo Torre.

Manuel Muñoz Cano, después de probar las mieles del poder con Eugenio Hernández como secretario de Desarrollo Social, experimentó en carne propia el desprecio de Egidio Torre Cantú, de quien pensaba que no había sido la mejor opción para sustituir al hermano finado y a quien culpa del inicio de la debacle del PRI en Tamaulipas. Prácticamente lo corrió del estado.

Un hombre pragmático cuando de escoger partido político se trata para poder estar vigente en las posibilidades electorales a futuro y quien no escatima en afiliarse al Partido Verde Ecologista de México a pesar de su mala fama a nivel nacional.

Hoy este personaje nos recuerda por asociación de ideas al “Niño Verde” Jorge González Martínez, nieto del ex gobernador Emilio Martínez Manautou, e hijo del fundador del Partido Verde Ecologista de México, Jorge González Torres, pues intenta refundarlo en nuestro estado, tarea que luce, por decir lo menos, muy complicada, pues está obligado a lidiar con su propia biografía como alto funcionario de un régimen que ahora critica y con la triste fama de un partido que a nivel nacional es fuertemente censurado por jugar siempre al filo del reglamento electoral.

Intentará levantar en nuestro estado la imagen de un Partido Verde que ha sido multado por el INE con 41 mdp, además de la suspensión de spots en radio y TV durante un año, por contratar y violar deliberadamente la veda electoral en las pasadas elecciones.

Por otro lado, a Manuel Muñoz Cano le gusta el buen vino, los buenos cortes en una buena parrilla y la buena paella. Digno perfil para ser el prototipo de candidato a lo que nos tiene acostumbrado el PV últimamente, extremadamente fifí, aunque él se ha comprometido a modificar esa percepción en Tamaulipas.

Se expresa muy pausado y con una leve dispraxia verbal, es decir, en su lenguaje cambia eventualmente el uso de las palabras fonéticamente parecidas, pero con un significado diferente, sin que esto le afecte en el sentido de las ideas que quiere trasmitir. En una entrevista que tuvimos con él cambio certero por artero.

Parece que ante la crítica y los cuestionamientos rudos nunca se enfada visiblemente, no vibra un nervio de su cara. Sólo una leve sonrisa, cortés; en lo personal nunca pude observar bajo su rostro una verdadera tensión; nunca delatan sus ojos bajo esos párpados pesados y orillados su intención, ni revela sus pensamientos con un gesto. Esta sangre políticamente fría, casi imperturbable, constituye la verdadera fuerza de Muñoz Cano, quien defiende a capa y espada a dos personajes muy cuestionados a nivel nacional, Manuel Velasco, senador y ex gobernador de Chiapas y a Ricardo Gallardo, gobernador electo de SLP. No escupe para arriba, regla básica del genio tenebroso francés Joseph Fouche.

Puedo intuir sus verdaderas intenciones por ser yo un mal pensado. Piensa mal y acertarás dice el viejo adagio. En corto con la fuerza que está cobrando Morena en el estado y ante la acostumbrada forma del PV de asociarse solo con quien controla palacio nacional, así lo hizo en su momento con el PAN y con el PRI a quienes ahora critica, Muñoz Cano deberá llevar a buen puerto la relación de su partido con la 4T en Tamaulipas, quizá le alcance con ello para algunas diputaciones plurinominales para él y sus allegados. En todo esto el azar siempre juega.

El tiempo hablará.

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