Fueron tres candidatos que intentaron ganar por la vía del voto la gubernatura de Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya (AVA), Cesar Augusto Verastegui Ostos (CAVO) y Arturo Diez Gutiérrez (ADG). En la plenitud de la campaña la narrativa de sus respectivos discursos tenía que ser triunfalista, pero una vez dados los números que no tienen entrañas afectivas por nadie, el choque con la realidad puede ser trágico si no se cuenta con una estructura mental que amortigüe el duro golpe de la realidad.
El distrito más votado a favor de la alianza “Juntos hacemos historia en Tamaulipas” que postuló a AVA fue el 14 de Victoria. Una victoria digna de análisis, pues siendo la capital una ciudad eminentemente habitada por burócratas del estado, entiéndase empleados de gobierno, los resultados dicen mucho del hartazgo de este sector con respecto a sus jefes de oficina al arrojar un triunfo de 45,148 (51.93%) contra 38,103 (43.83%) de CAVO.
Y esto se acentúa con una mirada retrospectiva a la pasada elección para diputados locales, en el que, el distrito 14 fue ganado por Morena con 30,644 contra 25,297 del PAN. El incremento sustancial en el número de electores indica la urgencia de cambio que demandaba la comunidad victorense.
El distrito menos votado a favor de AVA fue el 4 de Reynosa con 26,864 (47.45%) y sin embargo ahí gano la elección contra 25,638 (45.29%) de CAVO.
Por otro lado, el distrito más votado a favor del PAN fue el 16 de Xicoténcatl con 42,516, que ya sumando los votos de la alianza, fue también el más votado a favor de CAVO con 49,824. Es importante señalar que hay un indicio que nos permite diagnosticar un PAN a la baja en esta zona y es que en la pasada elección a diputados locales los votos logrados por este instituto político fueron 43,689, es decir 1,173 votos más que los logrados este 2022. Y si sumamos los votos de esa pasada elección aludida del PAN-PRI-PRD que no hicieron alianza en esa entonces, queda en 56,939, o sea, 7,115 votos más que los logrados este año.
El distrito donde menos se votó a favor de El Truko fue el 11 de Matamoros con 17,155 que son irrisorios contra los 29,755 que saco Leticia Sánchez Guillermo con las siglas de Morena pero ahora en la bancada panista en el congreso, de hecho los resultados obtenidos por la Alianza “Vamos por Tamaulipas” se acerca más a los 12,013 que en su momento saco Daniel Sampayo en el mismo distrito, en el cual Morena en este 2022 rebasó los sufragios logrados a favor de la diputada, quedando en 30,958 y mostrando con ello que en este caso en particular el lugar que ocupa en el congreso es una curul que representa sin pudor a un partido impostor.
En el caso de ADG de Movimiento Ciudadano lo que podemos descifrar en función de los magros resultados es un balde de agua fría electoral, un duro golpe de la realidad al optimismo absurdo de este instituto politico. El distrito donde recaudó más votos fue el 5 de Reynosa con 3,047 (5.11%) y donde menos obtuvo fue el distrito 16 de Xico con 765 votos (0.86%). A todas luces hay un retroceso en MC de Tamaulipas, pues en la pasada elección para gobernador del 2016 obtuvieron 84,736 (5.89%) votos contra los 46,182 (3.17%) del 2022. La personalidad disruptiva del entonces candidato Gustavo Cárdenas atrajo más que el acartonamiento presente de ADG.
El PRI y el PRD ameritan un comentario especial. En el 2016 el tricolor logró como partido 496,798 (34.54%) sufragios, en el 2021 para las presidencias municipales llegó a 128,174 (9.01%) y en la actual contienda solo alcanzó 64,811 (4.46%). Los números son crueles, es un partido en plena debacle; de ser partido casi único ahora está en los linderos de los partidos que están más que, para pensar en ganar, en pensar en subsistir.
El PRD, partido de una izquierda desfigurada no tiene nada que hacer en Tamaulipas; con un total de 20,572 votos en todo el estado (1.41%), asumimos que dicha numeralia es un veredicto lapidario y contundente que lo descalifica para ser una verdadera opción política.
Querido y dilecto lector, con estos resultados es obvio asumir que Tamaulipas se reconfigura en su dinámica de partidos. Veremos cómo reaccionan cada uno de ellos y seguiremos anotando los números como estadística para que los discursos optimistas sin sustento no pongan la emoción por encima de las matemáticas.
Los números dicen que La historia del arrasador triunfo panista en seis años se convirtió en leyenda.
El tiempo hablará.
