El Coronavirus apareció en Tamaulipas a mediados de marzo y en las siguientes dos semanas se registró el promedio de un caso diario; para la primera semana de abril los casos se multiplicaron por cuatro; es decir cuatro en promedio por día.
El reporte de ayer, respecto del día previo, fue el equivalente a todos los casos registrados en las dos últimas semanas de marzo o la mitad de la primera semana de abril; lo más que en un día se había registrado eran 6 casos y solo en una ocasión; ahora fueron 15, alcanzando un acumulado de 111 confirmados en el Estado.
Hay motivos en genérico y también particulares, para pensar que la curva expansiva de los contagios puede darse en cualquier momento y sus consecuencias resultan insospechadas.
Cuando se habla de “contagios locales”, la más de las veces se desconoce a ciencia cierta cual fue la fuente del contagio, el alcance de sus contactos y por consecuencia no hay manera de acotar su propagación.
Por eso el aislamiento social resulta fundamental, para que los eventuales contagiados no anden regando el virus por ahí, y quienes estén sanos, no se expongan a ser alcanzados por el virus, andando en la vía pública.
Desgraciadamente, aunque se ha disminuido de manera considerable el número de personas que “andan en la calle”, aún existe mucha gente que sin la protección debida sale, tal vez a asuntos de insalvable necesidad, pero exponiéndose y exponiendo a quienes estén a su alcance, por donde pase o donde radique, conocidos y desconocidos, en sus aprecios y sus desprecios, si se quiere.
Hay muchos casos y situaciones por donde el virus puede andar circulando, sin que lo conozcamos y no es precisamente esparcido por el aire a instancias de alguna mente siniestra, como luego hay quien afirme en las redes sociales.
Un ejemplo tangible ayer trascendió de los corrillos hospitalarios.
El miércoles fue internado en Victoria capital, un doctor de esos que atienden los consultorios adyacentes a las farmacias similares -“las del doctor SIMI” les llaman-, el cual se habría contagiado del virus, cuando atendió a un paciente con el mal, unos días atrás.
¿Con cuántas personas y en qué condiciones interactuó el galeno, desde su contagio hasta que le detectaron el mal y lo internaron con síntomas de gravidez, en el consultorio, en su entorno social y por sus rutas de traslado?
Si de ese espacio de días se prolongaron otros contagios -porque el nivel de transmisión es alto nos queda claro-, ¿hasta dónde puede estarse diseminando la pandemia ahora mismo?, será la pregunta siguiente.
Y ese, aunque podría ser un caso de escándalo, no será el único y eventualmente, ni el de mayor trascendencia que ya se haya dado o esté por consumarse. ¿quién lo sabe?
Por eso la insistencia a cuidarse y acatar las disposiciones sanitarias, de guardar la sana distancia, de usar los instrumentos de protección si la salida es impostergable, de quedarse en casa y lavarse continuamente las manos de manera profusa.
Los 15 nuevos casos ayer confirmados, más la quinta muerte -tercera para el municipio de Nuevo Laredo-, parece ser el tercer escalón en la curva de manifestación de la pandemia, que ya dijimos, tuvo una primera característica incidencial en las dos semanas de arranque y otra más en las dos primeras semanas de abril.
La primer quincena, repasando, fue un contagio diario en promedio; la segunda fueron cuatro y abrimos, la tercer quince, con 15 contagios en un solo día.
Si se mantiene ese ritmo por los siguientes días, estaremos hablando del tan mentado crecimiento exponencial, de uno, a cuatro, a 15, en intervalos que hasta ahora se dan de manera quincenal, hasta poner en reto la capacidad de atención disponible.
El alcalde neolaredense, ENRIQUE RIVAS CUELLAR, quien ha estado muy metido en el tema de las previsiones para afrontar la pandemia, fue el primer en participar la tercera muerte y contagio 13 dentro de su municipio.
“Con profundo dolor y tristeza, lamento informar… -abrió su exposición en las redes sociales, entre insistentes exhortos a la población a extremar cuidados-; iniciamos lo más difícil. Nuestro corazón está con sus familiares, en paz descanse”.
El quinto fallecimiento por COVID-19 se trata de una mujer de 43 años de edad residente de Nuevo Laredo, atendida en el Hospital General de Zona 11 del IMSS en esa localidad, precisó luego la Secretaría de Salud.
De los otros nuevos casos, 7 son de Matamoros (una mujer de 76 años, otra 32 y una más de 52 y los hombres son de 58, 39, 42 y 39 años de edad); de Reynosa son 2 hombres de 27 y 53 años; de Nuevo Laredo, 2 mujeres de 49 y 23 así como un hombre de 61 años; Río Bravo 2 hombres de 56 y 65 años y de Victoria el de 43 años de edad.
El testimonio de una trabajadora de la salud del grupo dedicado a la atención de los enfermos de Coronavirus, publicado por el portal redtamaulipas.com, resulta impresionante.
Los trajes que deben usar en jornadas de 12 horas continuas, son molestos, pesados y tan aislantes, que pese al aire acondicionado en el que trabajan pasan mucho calor y constante sudoración que no se pueden secar; no pueden tomar agua ni ir al baño en ese medio día, por lo que deben hidratarse antes y usar pañal desechable.
Lo de las batas “porosas” que anduvieron circulando en las redes sociales, diciendo que eran el envío del apoyo federal, si fue cierto, debió haber sido alguna broma o mala jugada del gobierno federal para con las autoridades locales.
El equipo recibido en los tres hospitales de referencia para la atención del Coronavirus sí es profesional y tan denso, como la exposición aquella.
Pero por supuesto, no todos los pacientes están llegando de manera directa a esos hospitales ubicados en Altamira, Victoria y Reynosa, así que también quienes los reciben en otros nosocomios y visto está, hasta en consultorios particulares, requieren todas las medidas e instrumentos de protección.
Las vísperas, el gobierno estatal difundió las fotos de los camiones cargando en bodegas y saliendo para repartir en todos los hospitales del estado respiradores contra partículas N95, guantes de látex, mascarillas, batas quirúrgicas, cubrezapatos, cubrepelo, lentes de seguridad, cloro, jabón líquido, trajes aislantes y termómetros digitales.
Al Presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR parece hacérsele muy fácil decir que por la pandemia no endeudará al país y convoca a los gobiernos estatales a tampoco hacerlo porque “les estamos mandando las participaciones puntualmente”.
Igual les pide a los micros y pequeños empresarios que no desocupen ni dejen de pagar a sus empleados y a cambio ofrece mandar créditos de a 25 mil pesos, para que enfrenten la situación.
Pues ni una, ni otra cosa es suficiente para solventar lo que se está padeciendo y en ese sentido suenan como a burla, las recomendaciones.
Las participaciones ordinarias son para las actividades ordinarias y con 25 mil pesos no se cubren los sueldos de un mes, de dos-tres empleados, además de servicios, rentas, insumos, que todo negocio tiene; no se diga del tiempo que durará la contracción en la actividad.
El Consejo de la Judicatura del Estado ayer sesionó, con integrante nueva, modificando las medidas decretadas por suspensión de actividades de los órganos jurisdiccionales y administrayivos del Poder Judicial del Estado en virtud de la contingencia derivada del COVID19.
La suspensión de actividades no prioritarias se prolongó hasta el cinco de mayo.