Basto que alguien filtrara el nombre de Tomas Gloria Requena como posible imposición en el Comité Directivo Estatal del PRI para que los priistas de Tamaulipas activarán todas las alertas.
El ex alcalde de San Fernando es escasamente conocido en otros rumbos del estado y donde es conocido es duramente cuestionado.
La propuesta venía del Comité Ejecutivo Nacional y trascendió a la llegada del nuevo delegado José Luis Garza Ochoa, un político regio de limitado alcance que con su designación reveló la raquítica importancia que tiene el PRI de Tamaulipas para la dirigencia nacional, pero esa es otra historia.
Los reclamos hacia el CEN ante la posibilidad de imponer a Gloria Requena empezaron inmediatamente y la advertencia se mantiene; vendría una nueva desbandada.
Para muchos connotados priistas, el PRI requiere un liderazgo de prestigio que permita recuperar la credibilidad ciudadana y reposicionar al partido hacia la elección del 2021.
De entrada no quieren imposiciones y están proponiendo varias opciones, desde una elección abierta de voto directo a una elección con el voto directo de los tres mil integrantes del Consejo Político.
La última posibilidad, aunque se estima complicada, sería una planilla de unidad.
Al entregarle el nombramiento, el lider nacional Alejandro Moreno, aseguró que Ochoa tiene la misión de unificar al priismo de Tamaulipas, coadyuvar a un partido cercano a la gente y retomar los orígenes de escuchar y dar su lugar a la militancia.
No hay fecha para la convocatoria. El delegado apenas llegó y entre que se instala y empieza a conocer el sentir de los grupos podría tardar más de un mes.
Al calor de las especulaciones, hay otros nombres que estaría considerando el CEN como es el caso del victorense Carlos Flores Rico o del matamorense Adrian Gallardo Landeros, ambos con prolongada ausencia de Tamaulipas.
Mientras tanto, personajes locales como. Enrique Cardenas del Avellano y Edgar Melhem mantienen sus aspiraciones y están a la espera de que se emita la convocatoria correspondiente.
En la elección del año pasado, para la renovación del Congreso del Estado, el PRI solo obtuvo 88 mil 983 votos. Actualmente gobierna apenas seis de 43 municipios y de los más pequeños, electoralmente hablando.
El próximo dirigente tendría que replantear estrategias que permitan ir reactivando el partido, pero el convencimiento tendría que iniciar desde adentro.
A los priistas les urge que se vaya Yahleel Abdala y les urge tener un nuevo dirigente pero no parecen estar dispuestos a aceptar imposiciones del centro.
La advertencia ya llegó al Comité Ejecutivo Nacional: la designación del nuevo dirigente sin el consenso de los grupos traería una desbandada de los pocos que quedan.
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