Los más recientes sondeos sitúan al presidente Andrés Manuel López Obrador con un índice de aprobación del 63 por ciento aunque los resultados varían de una encuestadora a otra, ubicando el nivel más bajo en el 59 por ciento.
Sea como sea, AMLO está superando los resultados de sus dos antecesores. Enrique Peña Nieto llegó a la mitad del sexenio con la aprobación de apenas el 41 por ciento de los mexicanos mientras que Calderon lo hizo con el 49 por ciento.
Habría que reconocer, a favor del presidente, que en este tiempo de redes sociales y de ataques permanentes es más complicado mantener la popularidad, algo que él ha sabido sortear.
Según los estudios de opinión, la calificación aprobatoria del presidente es derivado de sus acciones de combate a la corrupción, combate a la pobreza y a la delincuencia.
Los expertos consideran que las conferencias mañaneras, los programas sociales y su discurso de austeridad en el ejercicio público representan los tres pilares más fuertes del presidente.
La medición más importante de AMLO a la mitad de su sexenio fue la elección del 6 de junio y aunque los opositores insistieron en hacer ver los resultados como una derrota, los expertos imparciales lo calificaron como un triunfo personal.
Ni los limitados resultados de la economía, ni la fallida estrategia contra la pandemia del COVID19, fueron suficientes para que el electorado reprobara en las urnas la gestión presidencial.
Un dato de referencia lo apunta Mitofsky al relevar en junio de este año, que los campesinos son un segmento de la población en el que AMLO tiene mayor aprobación con un 77 por ciento, no obstante a que ha sido un sector muy castigado con los recortes del presupuesto federal.
Otro dato a mencionar es que el 74 por ciento de los millones de beneficiarios de los programas sociales de la Federación también aplauden la gestión y es que uno de cuatro hogares de Mexico reciben apoyos.
Teniéndolo como su activo principal, el partido del presidente -MORENA- tuvo una perdida mínima en este 2021 y para el 2022, las encuestas lo colocan como el favorito en la disputa de las seis gubernaturas que estarán en juego.
La imagen del presidente y su irrefutable popularidad -sea como sea- le da ventaja a MORENA aún antes de decidir a los candidatos.
Las encuestas más conservadoras adelantan que el PAN estaría peleando los gobiernos de Aguascalientes y Durango mientras que a MORENA le ven posibilidades en al menos cuatro estados, en los que estaría incluido
Tamaulipas.
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