La convocatoria del Gobierno Federal para el regreso a clases presenciales el próximo 30 de agosto ha encontrado una abierta oposición en los estados.
En Jalisco, el gobernador Enrique Alfaro dejó en claro que en su estado no hay condiciones adecuadas para regresar a las aulas por lo que se tomó la decisión de no hacerlo.
Jalisco retrocedió hace unos días al semáforo rojo. El ejecutivo estatal reconoció que la entidad está en una situación difícil de la pandemia por que los contagios siguen aumentando.
En Tamaulipas, la subsecretaria de Educación Básica, Magdalena Moreno anunció que no regresarán a las aulas en aquellos municipios donde el semáforo epidemiologico se asuma en rojo o en naranja, o sea más de la mitad del estado, según el más reciente reporte.
Ante el alto nivel de contagios y fallecimientos, Nuevo León tampoco regresará a clases, dijo hace un par de días el gobernador Jaime Rodríguez.
En el estado vecino se reporta una ocupación hospitalaria del 92 por ciento. 10 de los hospitales están saturados. Autoridades de salud advierten el colapso en la atención médica.
La respuesta de los gobiernos surge días después de la reunión de gobernadores con el Sub Secretario de Salud Hugo López Gatell en la que el funcionario anunció que las clases son una actividad esencial por lo que aún en semáforo rojo se tendrán que reabrir las escuelas.
La tercera ola de la pandemia está arrojando cifras históricas de contagios diarios como el pasado 6 de agosto con 21 mil 563 nuevos casos y poniendo en riesgo a personas más jóvenes e incluso a los niños.
Datos oficiales reportan 569 fallecimientos de menores de 17 años de edad desde que inició la pandemia.
La COPARMEX llamó al Gobierno Federal a incluir a los niños en la vacunación y aseguró que el regreso a clases debe estar fundamentada técnica, médica y profesionalmente “por qué está de por medio la vida”.
Entre los padres de familia las opiniones están divididas. El 40 por ciento de ellos están a favor del regreso a las aulas y es que en muchos de los casos los menores se quedan solos en casa y no hay quien supervise el seguimiento de las clases a distancia.
De hecho, se estima que en educación básica han desertado al menos el 20 por ciento de la matrícula. Los estudiantes perdieron contacto con sus maestros.
El 60 por ciento de los padres no quiere el regreso porque temen un posible contagio.
Según algunos expertos, Mexico no preparó con tiempo las condiciones que den seguridad a los alumnos y a los docentes. No hay un plan definido y el riesgo aumenta con la alta incidencia de contagios y niños que no han recibido la vacuna.
El Gobierno Federal está llamando al regreso a clases pero no ha confirmado recursos para un programa sanitario en los planteles. Otro gran detalle.
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