El Ayuntamiento de Ciudad Victoria tiene un presupuesto anual de mil millones de pesos en números cerrados y paga 441 millones en sueldos, dietas, prestaciones y compensaciones. Tiene el sindicato más caro del Estado.
Este renglón se lleva casi el 42 por ciento de los recursos y acota las acciones del municipio en la atención de servicios públicos básicos.
Aunque es un municipio mediano en población y por ende en presupuesto, es -proporcionalmente-, el municipio de Tamaulipas que más destina a salarios. La carga está ahogando al Ayuntamiento.
Las “conquistas” sindicales incluyen el pago de 93 días de aguinaldo que significan anualmente la erogación 47 millones de pesos cuando los 15 días de pago obligado por la ley representarían poco menos ocho millones.
Anualmente se pagan 16 meses de trabajo cuando realidad se laboran once.
El monto acumulado por primas vacacionales es superior a los cinco millones de pesos y las primas de seguros de vida a los miembros del sindicato es de casi dos millones de pesos.
Tienen tres permisos económicos al mes y si no se toman, esos días se tienen que pagar en efectivo.
El municipio paga la licencia de manejo a los trabajadores con un costo de casi un millón de pesos y está obligado a donar 50 predios anuales que el sindicato reparte a decisión.
Aún hay más…
El municipio tiene que pagar los festejos del día del albañil, del plomero, de la secretaría y del electricista y cuando se celebra el aniversario del sindicato tiene que pagar el festejo con un costo de más de 500 mil pesos. Y todo sin la obligación de comprobar el gasto. Esa es otra conquista.
Son tantos los excesos que se han acumulado, que un auxiliar administrativo percibe un salario mensual hasta de 26 mil pesos mientras un profesionista, -jefe de departamento-, apenas ocho mil pesos.
En el Contrato Colectivo de Trabajo hay benéficos fuera de toda proporción que están ahogando financieramente al municipio.
A la capital del estado, el corazón de Tamaulipas, le urge una redistribución del gasto. El presupuesto no alcanza porque siete de cada peso se va en las conquistas de un sindicato que ni siquiera rinde cuentas.
Victoria es la sede de los poderes del estado, la casa del Gobernador, la ciudad políticamente hablando más importante y desde hace décadas padece excesos que la tienen en crisis.
El alcalde Lalo Gattás llevó el tema a los Tribunales. El objetivo es revertir 65 cláusulas de excesos que tienen “ahogado” al municipio.
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