El caso de Norberto Ronquillo desató la primera gran crisis del gobierno de Claudia Sheinbaum.
El asesinato del estudiante de la Universidad del Pedregal cimbró a la sociedad más allá de los límites de la Ciudad de Mexico. Es un caso que conmocionó al país entero: Un joven de 22 años secuestrado y vilmente asesinado aún con el pago inmediato del rescate.
El delito se repite. Ahí está el caso de Leonardo Acevedo. De hecho, hay
un número no precisado de estudiantes plagiados que no aparecen en las estadísticas oficiales.
El Observatorio Nacional Ciudadano destacó que de enero a abril la taza del secuestró creció un 77.65 por ciento en la CDMX con relación al mismo periodo del año anterior.
La Procuradora de Justicia Ernestina Godoy reconoció qué hay un incremento en el número de secuestros y justificó el fenómeno al descontrol originado por los cambios de fiscales, propios del relevo sexenal del Gobierno.
Es cierto pero no se justifica y es que los funcionarios del gobierno anterior fueron removidos para dar lugar a personal sin experiencia y sin certificación.
La Unidad Especial Antisecuestros del Gobierno Federal se mantuvo acéfala durante varios meses, meses en los que el delito se disparó.
La cámara de video vigilancia más cercana al lugar donde los secuestradores abandonaron el auto de Norberto Ronquillo no pudo captar nada por qué está y sigue descompuesta.
En medio de un repunte en homicidios y secuestros, el presupuesto federal destinado a la seguridad pública fue reducido.
Los recursos -por ejemplo- para la Búsqueda de Personas Desaparecidas se recortó en un 86.5%. La Secretaria de Hacienda confirmó que el presupuesto pasó de 32.4 millones de pesos a 4.4 millones de pesos en el primer cuatrimestre.
Todo ocurre ante nuestros ojos. Los delitos van al alza y el presupuesto sigue a la baja. La estrategia de la austeridad republicana ya está cobrando víctimas.
En los hospitales públicos no hay medicinas. No hay insumos suficientes y las cirugías, aún las más urgentes, tienen que postergarse. Esta peor que antes.
Un video difundido en días previos, revela que en el hospital del ISSSTE en Querétaro, los cadaveres se tienen que bajar por las escaleras entre mecates y varios hombres porque el elevador no funciona.
Las renuncias de funcionarios, en todos lo niveles tienen que ver con la falta de recursos por el escaso presupuesto.
Esta semana, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que el dinero por la venta del avión presidencial estimado en 150 millones de dólares será destinado para educación, salud y trabajo para los migrantes.
La bomba explotó en redes sociales. Los ciudadanos reclaman con justa razón. Mientras que los mexicanos se enfrentan una creciente crisis de inseguridad y de salud en aras de la austeridad, el presidente se dispone a cuidar a los migrantes partiendo de su declaración de que “donde come uno comen cien y un millón”.
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