Victoria.- (Alfredo Guevara) A diferencia de otras ciudades, la Capital del Estado se encuentra saturada de vendedores ambulantes, que si bien algunos pudieran estar registrados y otros no, incluso que de una u otra forma representa una competencia desleal para el comercio organizado, lo cierto es que es un problema que requiere solución
El presidente de la Cámara Nacional de Comercio Juan Carlos González, convino en que el problema es tan complejo que sólo con la participación del Servicio de Administración Tributaria (SAT), la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) y el municipio se puede lograr reubicar a los puesteros
Si bien cada uno de los vendedores hace su lucha y de cierta forma, representan un pequeño comercio, indicó que el ambulantaje se ha ido acrecentando, al grado de representar no solo para la Canaco sino para el resto de la sociedad un serio problema con raíces profundas
“Y aun cuando han pasado autoridades municipales, no han querido entrar al tema del ordenamiento de todos los que son vendedores ambulantes y se han instalado en banquetas o la vía pública por interés político, porque posiblemente tenga un costo” aseveró
Incluso, no descartó que en algo tenga que ver la parte social, tomándose en cuenta que si bien es un problema, se genera otro desde el momento de determinar a dónde mandarlos, dado que su reubicación representa una importante inversión económica
A ciencia cierta desconoció la cantidad de vendedores ambulantes que están instalados en lo que comprende el primer cuadro de la ciudad, porque hay algunos que posiblemente estén registrados ante la autoridad municipal pero otros no
Encontrarle una solución al ambulantaje, sostuvo que no sólo corresponde a la Canaco, sino a otras instancias como el SAT, Seguridad Pública y el Municipio emprender acciones de manera conjunta
Reiteró el presidente de la Canaco que el ambulantaje saturó a la Capital del Estado, la que a diferencia de otros municipios, es más proporcionado como resultado de que es un tema al que nadie le ha querido entrar, posiblemente por el costo político que implica
