Victoria.- (Alfredo Guevara) El Gobierno del Estado dispone de herramientas, mecanismos, procedimiento y sanciones para que la invasión de predios para la creación de asentamientos humanos irregulares, deje de ser un negocio lucrativo para sectores que de cierta forma, “ya le habían encontrado el camino”, estableció Gerardo Villaseñor
El Subsecretario de Ordenamiento Territorial, en la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (Seduma) aseguró que si bien no se considera un delito grave, la invasión de predios para la construcción de asentamientos irregulares, incluso en terrenos particulares, no se permitirá a partir de este la reforma a la legislación de la materia
Recordó que toda propiedad tiene su dueño y por lo tanto, habrá un acercamiento para ver el tiempo de respuesta para denunciar la presunta invasión de terrenos y como segundo paso, buscar e identificar a las personas que estén al frente de movimientos, para que se actúe conforme a derecho
“Si bien no es delito grave, si se trata de una usurpación, de pretensión de robo que afecta al patrimonio de los tamaulipecos, los que no deben dejarse engañar por líderes, pero sin dejar la necesidad de hacer perder la realidad por la necesidad de un predio y de quien quiere sacar provecho de una situación” precisó.
Hizo ver que cuando se da la invasión de un predio no se oculta y contrario a ello, está a la vista de cualquier persona, de ahí que el propietario o la autoridad municipal, dispone de un tiempo razonable para hacer la denuncia
Y es que, cuando no es así, tampoco se puede descartar la posibilidad de que se convierte en una asociación para realizar un negocio ilícito, subrayó.
Confirmó que en el tema de la invasión de predios, particulares o no, los ayuntamientos juegan un papel importante para evitarlo, tomándose en cuenta que es la primera autoridad que de cierta forma permite y abre la puerta
Indicó que ninguna instancia tiene capacidad para mantener una vigilancia sobre los predios, pero tampoco se puede ocultar algo que esté a la vista y evitarlo, antes de que se convierta en un problema social para la autoridad
