Matamoros.- (Osbaldo Bautista) La intensa ola de violencia que se vive en los países de Centroamérica a provocado una masiva migración de personas y de familias completas que buscan llegar a los Estados Unidos, sin embargo, durante el trayecto sufren escasez y hambre antes de llegar a su destino final.
Ese es el caso de un hondureño qué ha pasado más de 60 días viviendo a la intemperie sobre el bordo del Río Bravo, para alimentar a su hijo de dos años de edad se postra bajo la sombra de un árbol para pedir caridad a los transeúntes y automovilistas que van rumbo a Estados Unidos.
El hondureño llegó a Matamoros solamente acompañado de su hijo; su esposa y familiares no lograron salir a tiempo de Honduras, por lo que cae sobre sus hombros la responsabilidad de alimentar al niño con el que viajó durante meses.
Esta es la situación a la que se enfrenta cada día, discriminación y el racismo por parte de los viajeros cubanos, quienes reciben mayor atención de parte de los matamorenses y de las Asociaciones Civiles americanas, que les entregan desde ropa hasta casas de campaña para su descanso, pero esa ayuda no es para los hondureños, quienes duermen a la intemperie sobre cajas de cartón.