● Catastrófico para las finanzas de México la salida de Jalisco, Coahuila, Tamaulipas y Nuevo León del Pacto Fiscal
● La coordinación fiscal fortalece el federalismo y promueve el crecimiento
La Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) considera que ante la tensión generada por el impulso centralista del presidente Andrés Manuel López Obrador en pleno 2020 ante la atención de una contingencia sin precendentes y los gobernadores que demandan más presupuestos para poder operar y atender a sus respectivas poblaciones, es tiempo de que se se lleve a cabo una Convención Nacional Hacendaria para revisar y en su caso actualizar el Pacto Fiscal que data de 1978.
México requiere de una mejor y renovada versión del federalismo mexicano a partir de la adecuada división de competencias, la transferencia de facultades y la asignación eficiente de recursos. Esta revisión debe ocurrir ya, dado que los mandatarios estatales argumentan que el actual mecanismo de distribución de participaciones no es justo ni equitativo, al dotar de más recursos fiscales a entidades del centro y sur del país.
Es preferible que la Federación negocie con los gobiernos estatales a que estos salgan. Preferible que se llegue a algún acuerdo entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y los gobernadores con respecto al destino de los impuestos que se generan en dichas entidades y que no se asignen salida de estas cuatro entidades provocaría que la recaudación simplemente sea insuficiente.
COPARMEX considera que la importancia del Pacto Fiscal es innegable dado que fortalece la colaboración entre los tres niveles de gobierno e impulsa mecanismos de rendición de cuentas, transparencia, gobierno abierto y por ende, mayor estabilidad en las finanzas públicas.
Además, ayuda a reducir las desigualdades regionales entre los estados del norte, el bajío, los del sur y el sureste de México. Por ello, la Confederación no estaría de acuerdo en que este se debilite y confía en que se deben encontrar las condiciones para garantizar la permanencia de las 32 entidades federativas.
El actual modelo “neo-centralista” de la actual administración pone en riesgo los avances en materia de federalismo de las últimas décadas.
Todo modelo que privilegia la concentración de poder pone en riesgo la participación democrática.
Una muestra de ello es la creación de los “súper-delegados” que compromete la soberanía, la libertad y el pleno desarrollo de las entidades federativas.